Un rebelde sirio camina entre los escombros en Raqqa
REUTERS / RODI SAID
Actualizado: sábado, 22 julio 2017 5:16

ASPEN, 22 Jul. (Reuters/EP) -

La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de ordenar el cierre del programa de la CIA para armar y entrenar a rebeldes moderados de Siria no se hizo como una concesión al Gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, aliado de Rusia, según ha asegurado este viernes un alto general estadounidense.

Un oficial estadounidense aseguró esta semana que la decisión formaba parte de un esfuerzo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para mejorar las relaciones con Rusia, que junto con los grupos apoyados por Irán ha logrado preservar el Gobierno de Al Assad durante la guerra civil siria.

Según el general del Ejército de Estados Unidos Raymond Thomas, fue "una decisión muy dura" y "no fue una concesión para los rusos".

El programa era parte de las políticas llevadas a cabo por el Gobierno del expresidente Barack Obama desde 2013 para intentar presionar a Al Assad a abandonar el poder, si bien su eficacia ha estado en cuestión desde la intervención rusa en favor de Damasco en 2015.

El consejero de Seguridad Nacional, el general Herbert Raymond McMaster, y el director de la CIA, Mike Pompeo, pusieron fin al programa ante la reunión de Trump con el presidente ruso, Vladimir Putin, en la cumbre del G20 celebrada en Alemania, según han informado oficiales estadounidenses bajo condición de anonimato.

Antes de asumir el cargo como presidente en enero, Trump sugirió que podría poner fin al apoyo a los grupos del Ejército Libre Sirio y dar prioridad a la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.

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