Una niña en una presa seca en Zimbabue
UNICEF/MUKWAZHI
Actualizado: miércoles, 22 marzo 2017 14:32

UNICEF advierte de que el cambio climático tendrá consecuencias en el acceso al agua, con el riesgo que esto supone para los menores

MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -

Unos 600 millones de niños en todo el mundo, es decir, uno de cada cuatro, vivirán en zonas con recursos de agua extremadamente limitados para el año 2040, ha alertado este miércoles el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) con motivo del Día Mundial del Agua.

"El agua es esencial. Sin ella, nada puede crecer. Pero en todo el mundo, millones de niños carecen de acceso a agua potable. Esto pone en riesgo sus vidas, debilita su salud y pone en peligro su futuro. Si no actuamos todos ahora, esta crisis seguirá aumentando", ha defendido el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake.

En su informe 'Sed de futuro: el agua y la infancia en un clima cambiante', la agencia de la ONU ha analizado cómo las empobrecidas fuentes de agua potable amenazan las vidas y el bienestar de los niños, y cómo el cambio climático intensificará estos riesgos en los próximos años.

Según el informe, actualmente 36 países sufren altos niveles de escasez de agua, algo que ocurre cuando la demanda excede con creces el suministro renovable disponible. La calidad y la disponibilidad de agua se ven afectadas igualmente por el aumento de las temperaturas, la subida del nivel del mar, las crecientes inundaciones, las sequías y el deshielo, que también afectan a los sistemas de saneamiento.

UNICEF ha recordado que actualmente en el mundo más de 663 millonees de personas no tienen acceso a fuentes de agua adecuadas y más de 800 niños menores de 5 años mueren cada día a causa de una diarrea relacionada con un agua, saneamiento e higiene inadecuados.

POBREZA Y FALTA DE ACCESO A AGUA

Según ha destacado la agencia de la ONU, cuanto más pobre y vulnerable sea un niño, más impacto sufrirá por el aumento de la escasez de agua, sobre todo porque millones de niños viven ya en zonas con un acceso limitado a agua potable y saneamiento.

A ello se suma también el aumento de la población, con el consiguiente mayor consumo y demanda, y los conflictos, que dificultan el acceso de los niños a agua potable. Como consecuencia de todo ello, según UNICEF, los niños se ven obligados a consumir agua contaminada, exponiéndose a enfermedades potencialmente mortales como el cólera y la diarrea.

Por otra parte, en las zonas afectadas por sequías, los niños pasan horas al día cogiendo agua, lo que les priva de la oportunidad de ir a la escuela, siendo las niñas especialmente vulnerables a ataques y agresiones mientras se encargan de ello.

Así las cosas, UNICEF ha planteado una serie de recomendaciones para ayudar a reducir el impacto del cambio climático en las vidas de los niños.

En concreto, ha reclamado a los gobiernos que planifiquen cambios en la disponibilidad y demanda de agua en los próximos años; priorizando el acceso a agua potable a los niños más vulnerables por encima de otras necesidades con el fin de aumentar al máximo los resultados sociales y sanitarios.

Asimismo, UNICEF ha defendido que los riesgos climáticos deberían integrarse en todas las políticas y servicios relacionados con el agua y el saneamiento, y las inversiones deberían dirigirse a las poblaciones en alto riesgo.

Por otra parte, ha pedido a las empresas que trabajen con las comunidades para prevenir la contaminación y el agotamiento de las fuentes de agua, y a las propias comunidades que exploren maneras de diversificar las fuentes de agua y de aumentar su capacidad para almacenar agua de manera segura.

La agencia de la ONU no considera que el impacto del cambio climático en las fuentes de agua sea inevitable. "En un clima cambiante, debemos cambiar nuestra manera de trabajar para llegar a los más vulnerables. Una de las formas más efectivas de hacerlo es salvaguardando su acceso a agua potable", ha sostenido Lake.

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