Ashraf Ghani
OMAR SOBHANI/REUTERS
Actualizado: martes, 6 junio 2017 13:02

La cifra de víctimas mortales convierte el ataque en el más grave que ha sufrido el país desde 2001

MADRID, 6 (EUROPA PRESS)

El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha elevado este martes a más de 150 muertos el balance del atentado perpetrado el 31 de mayo cerca de la Embajada de Alemania en Kabul, el ataque más grave que ha sufrido el país desde la caída del régimen talibán en 2001 y que todavía no ha sido reivindicado por ningún grupo terrorista, según ha informado la cadena de televisión local Tolo.

En su discurso en la apertura del denominado Proceso de Kabul, una conferencia de paz que se celebra este martes en la capital afgana, Ghani ha dicho que entre los fallecidos en el ataque del 31 de mayo figuran trece agentes de Policía que impidieron que el camión bomba entrara en la 'zona verde', el área más protegida de Kabul, en la que se encuentra la mayoría de las instituciones y legaciones diplomáticas.

"La masiva explosión alcanzó el corazón de Kabul. Gracias a su inquebrantable sacrificio, nadie de la comunidad diplomática murió", ha afirmado el mandatario afgano, refiriéndose al trabajo realizado por los agentes que impidieron el paso del camión bomba conducido por un suicida. "Sin embargo, más de 150 afganos completamente inocentes murieron y más de 300 fueron llevados a hospitales con quemaduras, laceraciones y amputaciones", ha explicado.

El presidente afgano ha recalcado en su discurso que los talibán no derrocarán a su Gobierno y ha asegurado que "es tiempo de que todo el mundo se tome en serio la lucha contra el terrorismo".

El ataque del 31 de mayo fue perpetrado por un terrorista suicida al mando de un camión cisterna cargado de explosivos en la plaza Zanbaq y dejó más de 460 heridos. El anterior balance del Gobierno era de 90 muertos.

UNOS 11.000 COMBATIENTES EXTRANJEROS EN AFGANISTÁN

Ghani ha afirmado que, en caso de que los talibán se unan al proceso de paz, el Gobierno afgano les permitirá abrir una oficina política, manifestando que "ésta es su última oportunidad". El mandatario afgano ha indicado que el número de combatientes extranjeros en el país ha aumentado de 200 a 11.000, adelantando que las autoridades cuentan con un nuevo plan de seguridad a cuatro años.

Por otra parte, ha dicho que Afganistán "quiere la paz con Pakistán", después de las acusaciones de las autoridades afganas contra Islamabad por su presunto papel en los últimos atentados en la capital, Kabul.

"Un Afganistán estable va en beneficio de todos los países de la región", ha manifestado, subrayando que su Gobierno quiere mantener "relaciones fuertes" con todos los países vecinos.

Por último, ha reconocido que es necesaria una reforma en la Policía, si bien ha destacado que "es algo difícil", según ha informado la cadena de televisión afgana Tolo TV.

La conferencia se celebra una semana después de los atentados perpetrados en la zona diplomática de Kabul y durante un funeral en la capital, que dejaron más de un centenar de muertos y cerca de 450 heridos.

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