Salva Kiir y el general Paul Malong
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Actualizado: viernes, 12 mayo 2017 15:21

NAIROBI, 12 May. (Reuters/EP) -

El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, ha admitido la ruptura con su antiguo jefe de las Fuerzas Armadas, Paul Malong, al que ha descrito como "combativo" tras su negativa a regresar a la capital del país africano, Yuba.

Malong, hasta esta semana el líder militar al mando de la campaña contra los rebeldes del exvicepresidente Riek Machar, abandonó Yuba rumbo a su estado natal, Aweil, después de ser cesado por el jefe de Estado el pasado martes.

El Gobierno dio por segura la vuelta de Malong a la capital, pero Kiir ha reconocido este viernes que el general no quiere. "La última vez que hablé con él, no estaba de buenas, estaba combativo", ha explicado ante los periodistas.

"Intenté calmarle, pero estaba bastante agitado", ha añadido, que ha afeado a Malong su comportamiento. En este sentido, ha dicho que debería estarle agradecido y haber entregado formalmente el mando a su sucesor antes de cualquier movimiento.

El presidente ha explicado que le ha garantizado a Malong su "seguridad" si regresa y ha advertido de que nadie quiere "problemas imprevistos" en el actual escenario convulso. "Hay muchas manos extranjeras detrás del general Paul, empujándole", ha dicho, sin entrar en más detalles.

NEGOCIACIONES

Un portavoz presidencial, Ateny Wek Ateny, ha explicado que Malong se negó a embarcar este viernes en el avión que debía transportarle de vuelta a su capital porque no le acompañaban todos sus guardaespaldas. Ateny ha alegado que, "por ley", no puede disponer de más de cuatro agentes.

El Gobierno ha encargado a un comité local de ancianos que hable con Malong para intentar "convencerle" de que vuelva a Yuba. El jefe cesado, de momento, ha evitado pronunciarse en contra de Kiir.

La polémica ha enturbiado más todavía la crisis en la que vive sumido Sudán del Sur desde diciembre de 2013, cuando se desató un conflicto armado entre las fuerzas leales a Kiir y las vinculadas a su antiguo vicepresidente. Las dos partes firmaron un acuerdo de paz en 2015 que ha caído en saco roto y que no ha impedido sucesivos brotes de violencia.

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