Un niño que sufre malnutrición en Filipinas
REUTERS
Actualizado: martes, 30 agosto 2016 18:10

MADRID, 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un informe publicado por Save the Children ha demostrado que los efectos de la malnutrición le cuestan a Filipinas alrededor de 6.300 millones de euros al año, lo que supone un tres por ciento de su PIB, mientras que el retraso del crecimiento sigue aumentando entre los niños del país.

El informe, publicado este martes, ha sido calculado con información oficial de 2013 y ha descubierto que las pérdidas relacionadas con la malnutrición suman más del triple del coste de los daños provocados por los 15 desastres naturales que azotaron el país el año pasado.

"Los costes del retraso del crecimiento son un lastre para la economía y repercuten en todos nosotros, no solo a los niños y la familia. Provocan que la economía filipina sea un tres por ciento más pobre", ha asegurado el director de Save the Children en Filipinas, Ned Olney.

El retraso del crecimiento tiene consecuencias severas e irreversibles que afectan a la salud física así como a la capacidad cognitiva y está causado por una dieta pobre en los 1.000 primeros días de vida del infante.

El informe ha descubierto que, tras 25 años de mejora, el retraso del crecimiento ha ascendido al 33 por ciento de los menores de cinco años en 2013.

"Esto supone un aumento del diez por ciento en un periodo de dos años, algo que es devastador. Estamos yendo en la dirección equivocada", ha asegurado Olney. "A pesar de que hay una economía que aumenta entre el seis y el siete por ciento al año, hay un incremento de la pobreza del 24 y 25 por ciento que afecta a todas las familias", ha añadido.

En el informe se asegura que, de los 49.000 estudiantes que tienen que repetir curso en el colegio, el 15 por ciento lo hace a causa del retraso del crecimiento. Se estima que son necesarios alrededor de 24.200 millones de euros para cubrir los gastos de ese porcentaje que repite a causa de la malnutrición.

Por otro lado, el informe también ha estimado que la falta de productividad provocada por la muerte prematura cuesta al Estado alrededor de 6.000 millones de euros.

Olney también ha denunciado que la pobreza en las ciudades está empeorando, usando como ejemplo que antes Save the Children se centraba en repartir alimentos en las zonas rurales pero que ahora se están encontrando "a niños esqueléticos muriéndose de hambre" en las zonas urbanas.

La zona más afectada, aun así, sigue siendo la isla de Mindanao, azotada por el conflicto armado y donde el 40 por ciento de los niños sufren retraso del crecimiento, una cifra similar a las regiones subsaharianas de África.

"La malnutrición está considerada una enfermedad y debería ser manejada por el Departamento de Salud, algo que sabemos que no funciona bien", ha añadido Olney para pedir al Gobierno que invierta en cuestiones como el saneamiento del agua y la agricultura. Además, ha pedido que se desarrollen programas alimenticios para embarazadas y lactantes.

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