LONDRES, 1 Oct. (Reuters/EP) -
Moazzem Begg saldrá de la cárcel en Reino Unido después de que la Fiscalía haya retirado los cargos que le imputaba por haber estado en un campo de entrenamiento terrorista en Siria.
Este británico de 46 años, que se convirtó en activista por los Derechos Humanos tras ser liberado sin cargos de la prisión estadounidense de la bahía de Guantánamo en 2005, ha permanecido encarcelado durante siete meses por apoyar el terrorismo y por tener un documento que podría ser usado por un terrorista.
Begg, que es crítico con la política exterior británica, aseguró en el momento en que fue encarcelado por dichos cargos que había viajado a Siria en el marco de una investigación sobre casos de torturas y ejecuciones ilegales en ese país.
Cage, el grupo defensor de los Derechos Humanos creado por Begg después de salir de Guantánamo, aseguró en marzo que la detención de este activista tiene motivaciones políticas.
Este caso podría plantear una contradicción en un momento en el que la Policía y el Gobierno británico han prometido actuar de forma contundente contra aquellos que viajen a Siria para incorporarse a la lucha armada.
CONTRADICCIONES
Marcus Beale, asistente del jefe de la Policía de West Midland, ha dicho que han salido a la luz nuevos materiales sobre la investigación que han hecho que la Policía y la Fiscalía descarten la posibilidad de que haya una condena contra Begg. Además, ha admitido que entiende que lo sucedido vaya a "despertar muchas preguntas".
"Desde el principio, este caso ha desafiado las relaciones entre la Policía de West Midlands y algunas de las comunidades a las que servimos", ha asegurado Beale, en un comunicado.
"Me gustaría garantizarles a esas comunidades y al señor Begg que en todas las fases de esta investigación mis oficiales han actuado por los intereses del público y la justicia", ha señalado. La puesta en libertad de Bgg llega un día después de que la ministra del Interior británica, Theresa May, haya anunciado que habrá una nueva ley antiterrorista a finales de noviembre para dar más competencias para actuar contra los británicos sospechosos de viajar a Irak y Siria, con medidas como la retirada del pasaporte.
Las autoridades británicas temen que los que viajan a estos países puedan regresar y suponer una amenaza para Reino Unido en términos de seguridad. May ha afirmado que ya se han retirado los pasaportes a 25 personas en relación con Siria y 103 han sido detenidas por causas relacionadas con el terrorismo en ese país.
