Testigos del atentado contra el comandante Cortizo recuerdan que había "mucho humo" y que el coche quedó "reventado"

Publicado: miércoles, 14 marzo 2018 13:47

El etarra Sergio Polo, para quien se piden 122 años de cárcel, no declara ni al fiscal ni a su defensa

MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -

Testigos del atentado que acabó con la vida del comandante del Ejército de Tierra Luciano Cortizo en 1995 han declarado este miércoles en el juicio que se ha celebrado en la Audiencia Nacional contra el etarra Sergio Polo que después de la explosión había "mucho humo" en la zona y que el coche en el que se había colocado la bomba lapa quedó "reventado". El acusado se ha negado a contestar ninguna pregunta.

"Sólo quedó el chasis y las cuatro ruedas, lo demás estaba reventado", ha recordado, a preguntas del fiscal José Perals, uno de los agentes de la Policía Científica que recogió pruebas en el lugar del ataque, ocurrido sobre las 13.20 horas del 22 de diciembre de 1995 en León y en el que su hija resultó herida.

Según el testigo, debido a la potente explosión el cuerpo del comandante se encontraba a cuatro o cinco metros del coche y se llegaron a recoger restos del vehículo hasta a ocho o diez metros del lugar del atentado. Otro policía ha explicado que la hija de Cortizo también había salido despedida del coche.

Algunos de los testigos civiles que resultaron heridos en el atentado han relatado ante el tribunal que preside la magistrada Concepción Espejel cómo iban andando por la calle cuando tuvo lugar la explosión, después de la cual recuerdan la cantidad de humo que quedó en el ambiente y que tardó varios minutos en disiparse.

José María Fernández, que en aquel momento volvía del colegio de sus hijos, adonde había ido a ver la representación escolar de Navidad, ha contado que se cayó al suelo por la onda expansiva y que no podía ver nada por el humo, pero que desde el principio le dio la impresión de que se trataba de un atentado y lo que quería era "escapar" de allí. Comprobó que tenía sangre y se palpó por el cuerpo para ver qué heridas tenía. Le curaron en el hospital de quemaduras de primer grado, pero ha dicho que no necesitó ingreso.

Por su parte, Aroa Castro era sólo una niña cuando tuvo lugar el atentado. En aquel momento volvía del colegio y había ido a una librería mientras su madre le esperaba en el coche. Cuando explotó la bomba lapa, recuerda que todo "se llenó de humo" y que se asustó "mucho". La Policía le acompañó al hospital, donde le curaron de las heridas.

En cuanto a la investigación del ataque, un miembro de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional ha explicado, también a preguntas del fiscal, que los agentes hicieron gestiones para comprobar la posible existencia de pisos franco en León y que, de hecho, se hizo el registro de un domicilio.

También se comprobó que el coche había estado aparcado desde la tarde anterior, cuando supuestamente ETA colocó el artefacto explosivo, en el número 6 de la calle de Álvaro López Núñez y se interrogó a varias personas "para ver si recordaban algo". Sin embargo, no ha confirmado que se determinara que el etarra Sergio Polo estuviera detrás del ataque.

Al inicio del juicio, Polo, que cumple pena de prisión por otros atentados y para el que se piden 122 años de cárcel por el que mató al comandante Cortizo, no ha querido contestar ni a las preguntas del fiscal ni de la acusación popular y particular --que ejercen la AVT y la familia de la víctima, respectivamente--, ni siquiera de su abogado.

YA NO RECUERDAN NADA

Durante el juicio, también se ha conectado telefónicamente con otros dos etarras que se encuentran en dos prisiones distintas. Según ha explicado el fiscal, ambos declararon hace años que Polo, alias 'Lur', había pertenecido al comando que atentó en León y que se lo había ordenado la entonces líder de ETA Soledad Iparraguirre, alias 'Anboto' --actualmente presa en Francia--.

Ambos han reconocido que la dirección de la banda terrorista era la que solía suministrar el material explosivo y organizar los cursillos para atentar, pero ahora han dicho que no recuerdan a Sergio Polo ni a qué comandos perteneció porque no se acuerdan de todos los miembros de la organización, ya que pasaron por grupos diferentes.