Actualizado 10/05/2007 02:02

Guillermo Toledo: Primera toma de contacto con el cine argentino

EL ACTOR MADRILEÑO VOLVERÁ A LA TELEVISIÓN CON UNA SERIE CÓMICA DE PROBLEMAS DE PAREJA

Guillermo Toledo, conocido en España por sus interpretaciones en Siete Vidas y El otro lado de la cama ha cruzado el charco para cumplir dos de sus sueños: hacer cine Argentino y conocer un país que le atrae desde niño. Ha sido gracias a un pequeño papel en la última cinta de Juan Taratuto, ¿ Quién dice que es fácil? , en la que coincide en medio plano con la actriz española, Laura Pamplona. Me apetecía trabajar con el director argentino desde que vi su anterior película con la que me sentí muy identificado porque me acababa de dejar mi novia . En España, el actor volverá a la pequeña pantalla con una serie llena de humor y de problemas de pareja en septiembre. También tiene previsto rodar una película próximamente aunque critica el estado del cine español: se hace con poco cariño. Receloso de su fama, Willy Toledo lleva con resignación haberse convertido en un personaje público.

- Aunque sólo tienes un pequeño papel en la película de Juan Taratuto, ¿cómo ha sido tu primera experiencia en el cine argentino?

Lo he pasado muy bien en el rodaje. He conocido a Juan Taratuto, Diego Peretti y Carolina Peleritti que además de ser grandes profesionales son muy buena gente. He hecho amigos en Argentina y he cumplido mi sueño de trabajar allí. La película está gustando mucho y eso me hace feliz. He metido la cabeza en ese cine que creo que es mejor que el nuestro. Me encantaría que me salieran más proyectos en Argentina porque me gusta el país y me atrae su cine.

- ¿ Por qué crees que allí se hace mejor cine que en España?

Creo que se comprometen mucho más con el cine. Hay menos intrusismo, sobre todo a nivel de producción. Cuidan más al actor. Aquí el cine se ha convertido en un negocio en el que puede entrar cualquiera. Para eso que se metan a construir urbanizaciones con campos de golf y que no hagan películas. Estamos haciendo un cine pobre, no se le pone cariño. Me encuentro con productores que no saben nada de cine y sólo piensan en ceros. En España sólo funcionan en taquilla cuatro o cinco películas de las más de cien que se hacen al año. La mayoría de las veces las películas realmente buenas no son conocidas por el público. ¿Para qué tanta producción? Para que unos cuantos vivan de esto y muy bien. Hay que preocuparse más por hacer buen cine.

- ¿ Qué tiene que tener una película para que aceptes participar en ella?

No hay nada en concreto. A veces escojo un papel porque me gusta mucho la película, otras porque me gusta el personaje, por el director, por los actores, etc. En este caso, acepté el papel porque me gustó mucho la primera película de este director: No sos vos, sos yo . Me sentí identificado con ella porque me acababa de dejar mi novia. El guión me pareció muy divertido y tenía ganas de ir Argentina.

"EN LA CALLE ME CONFUNDEN CON LOS PERSONAJES QUE HAGO. MENOS MAL QUE CAEN BIEN Y ME INVITAN A UNA CAÑA"

- Por tu interpretación en Siete Vidas y en El otro lado de la cama , ¿ crees que estás demasiado encasillado en papeles cómicos?

He hecho papeles dramáticos pero no se han visto. Es cierto que los productores y público se han quedado con mis papeles cómicos pero me gusta hacer todo tipo de registros. En España, te suelen encasillar. Imagino que a Fernando Tejero después de su paso por Aquí no hay quién viva le han ofrecido ochenta papeles de portero. Pues lo mismo me ha sucedido a mi, me han ofrecido interpretar a ochenta caraduras.

- Tu papel en Siete vidas supuso tu salto a la fama, ¿ qué le debes a esta serie y a la pequeña pantalla ?

Le debo todo lo que he aprendido. A mi la televisión me gusta mucho lo que pasa que es un medio muy desaprovechado. Pero es maravilloso. Siete vidas es la prueba, una serie muy divertida con muy buenas actores. Cogí mucha experiencia porque todo era muy rápido, cada semana me aprendía un guión entero. Agilicé la memoria, antes me costaba mucho aprenderme los papeles. Además trabajé con grandes actores como Javier Cámara, Blanca Portillo, Gonzalo De Castro...Tuve mucha suerte.

- Gracioso, descarado, mujeriego...¿te pareces a alguno de tus personajes?

Para nada, no soy ni la mitad de divertido. Esas gracias que digo en las películas son fruto de un guionista que se tira años para escribirlas. Yo soy un tío normal, como todo el mundo.

- Has hecho cine y teatro, ¿ dónde te sientes más cómodo?

Cuando estaba haciendo la obra Jamelín decía claramente que lo que más me gustaba era el teatro. Pero la verdad es que me gusta todo. En el teatro quizá sea donde me siento más feliz, más libre. Puede ser porque sólo he hecho teatro con mi compañía, Animalaria , en donde nosotros nos ocupamos de todo y elegimos todos los detalles. No estás tan supeditado a un equipo gigante de muchas personas que es lo que pasa en el cine. Además en teatro tienes la magia del directo y del público. Esa sensación sólo he tenido la suerte de sentirla dos veces en la gran pantalla.

- La película muestra el dualismo entre lo tradicional y lo moderno, ¿ tú como eres en tus relaciones personales?

Intento ser lo más contemporáneo que puedo, pero tenemos una herencia cultural que nos influye. A mi me gustaría ser más moderno pero hago cosas que criticaba a la gente más mayor que yo. La herencia cristiana no nos deja ser libres y aunque intentemos evitarla aparece sin darte cuenta. Me gustaría que el modernismo llegara a las relaciones. Las familias están cambiando y eso es bueno.

- ¿ Asumes el precio de la fama?

La gente me agobia mucho en algunos momentos, es un precio altísimo que sí estoy dispuesto a pagar. Hace mucho tiempo que no hago televisión y la gente me acosa menos. La tele es fundamental en esto. Me confunden con el personaje, me piden chistes. Menos mal que los personajes que he echo caen bien porque a los que hacen de malos les insultan o pegan por la calle. A mi me invitan a una caña, no está mal.

- No quieres hablar de tu vida privada, ¿ qué es lo primero que piensas cuando te ves en una revista del corazón?

No acepto aparecer en las revistas del corazón. Tengo la suerte de no aparecer mucho, o me respetan mucho o no intereso. Creo que para aparecer en las revistas hay que currárselo mucho, hay que llamar para decir qué vas hacer y dónde vas a estar. Ahora siempre hay cuatro o cinco tipos permanentemente en el aeropuerto o en las estaciones de guardia y te sacan fotografías por si acaso luego valen para alguna publicación.

- Ser actor, para ti, ¿ es un sueño o una profesión?

Nunca fue mi sueño, no soy actor por vocación. Caí en esto por casualidad y esto me da una tranquilidad tremenda, incluso cuando no tenía trabajo. Siempre he estado más relajado que mis compañeros que sentían la interpretación como una necesidad. Me hubiera gustado ser futbolista o músico. Podría hacer cualquier otra cosa, aunque en este mundo me lo paso muy bien y disfruto mucho.

- ¿ Dónde va a estar Guillermo Toledo en unos meses?, ¿ vuelves a la televisión?

En agosto empiezo a rodar una serie para la cadena Cuatro que se llama Cuestión de sexo . Son tres parejas, amigos entre ellos y con problemas de amores. Se empezará a emitir en septiembre. También voy hacer un drama, una biografía sobre el poeta Jaime Gil de Biedma que rodaremos entre Barcelona y Filipinas. Estoy preparando un monólogo para el teatro pero no del tipo Club de la Comedia . Espero que tenga un poco más de calidad.

- Has dicho en varias ocasiones que Argentina tiene algo especial, ¿ de dónde viene esa pasión por este país?, ¿ encontraste lo que buscabas durante el rodaje de la película?

América y Argentina siempre me han atraído. La atracción que siento por Argentina creo que se debe a la mezcla de muchas cosas, como mi admiración por Maradona, el mito de las mujeres argentinas, etc. Tras mi visita me he dado cuenta que en España las mujeres son mucho más guapas y simpáticas. No me decepcionó conocer por fin este país pero no encontré del todo lo que buscaba. Tuve la oportunidad de estar allí más tiempo y no la acepté. Me ha gustado Argentina, pero pensé que me iba a gustar más. Es lo que pasa cuando idealizas demasiado algo.