MADRID, 27 Oct. (Portalgeek) -
Todos estamos de acuerdo en que tanto en el mundo del arte, como en el de la gastronomía, hay mucho postureo y mucha tontería. En este breve 'post' vamos a ver dos ejemplos buenísimos que demuestran que la línea que separa a los expertos de los mamarrachos que se guían por ideas preconcebidas es a veces muy fina.
Todavía nos acordamos de un programa de televisión (El buscador, de Telecinco) que hace años metió en la feria de arte moderno de Madrid ARCO un cuadro hecho por niños pequeños de entre dos y tres años. Ninguno de los asistentes y expertos que pasaron por allí se dieron cuenta del engaño.
Aquellos que fueron preguntados opinaron que el autor debía de ser un hombre "con mucha experiencia" e incluso apuntaban que parecía expresar una gran sexualidad "reprimida". El cuadro pintado con dedos por niños muy pequeños también mostraba "angustia" y "desesperación" y, por supuesto, se entreveía que había "mucha meditación detrás".
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El rescate de este vídeo de 2010 viene a cuento de la publicación de otro similar, pero grabado esta vez en la feria gastronómica europea, en Houten. Nuestros compañeros de Desconecta hablaron de él hace unos días y aquí podéis leer la historia completa.
Los reporteros que protagonizan el vídeo entran en un restaurante de la cadena McDonald's y compran varios platos, entre los que se incluyen fruta, 'nuggets' de pollo y, por supuesto, hamburguesas. Todo ello convenientemente presentado y anunciado como comida orgánica desata una serie de reacciones sorprendentes.
Los expertos que prueban la comida se dejan llevar por la idea de que es comida orgánica presentada en una importante feria gastronómica y no dudan en atribuir sabores y texturas de alta cocina a la comida de McDonald's. Así que una de dos: o este vídeo deja en muy buen lugar a los productos de la cadena de hamburgueserías o muy mal a ciertos expertos en comida.
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