LEÓN, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
"Al bajar del helicóptero, Miguel Ángel se acerca a mí y me dice que va a colaborar y llevarnos a donde el cuerpo de la chica". Así lo ha asegurado este jueves en la Audiencia Provincial de León uno de los agentes de policía encargados de trasladar a León al presunto Miguel Ángel Muñoz Blas, presunto asesino de la peregrina Denise Pikka Thiem en el año 2015.
El descubrimiento de que Muñoz Blas había acudido a una oficina bancaria para cambiar dólares por euros hizo que la Policía decidiera detenerle cuando se encontraba en la localidad asturiana de Grandas de Salime, desde donde fue trasladado en helicóptero hasta Astorga.
Una vez en tierras leonesas y tras confesar al agente que les iba a guiar hacia el lugar donde estaba el cuerpo de la chica Denise, los agentes y el acusado se pusieron en marcha en búsqueda del cadáver y, tras una hora aproximada de coche y caminar durante pocos metros, se comenzó a percibir olor a putrefacción y, finalmente, se localizó a Denise.
Cuando aparece el cuerpo, según ha explicado el policía, "la cara de Miguel Ángel cambió, como si dijera 'esto es lo que hecho, hasta aquí he llegado, se acabó el calvario', como si se liberara del cargo de conciencia".
El acusado, a pesar de guiar exactamente a la policía hacia el lugar de enterramiento de la peregrina asesinada, aportó información "difusa" sobre el lugar en el que se encontraban las manos ya que, aunque dijo
que las enterró en unas "oquedades" a unos 300 metros de su casa, "nunca aparecieron" ni en la zona marcada por el detenido ni en otra mucho más amplias.
No obstante, el agente ha recalcado la colaboración voluntaria "en todo momento" de Miguel Ángel Muñoz, ya que si "él hubiera querido que el cuerpo se encontrara no lo habría dejado donde lo dejó", por lo que no se podría haber localizado sin su guía.
