Actualizado 25/07/2017 16:35

TCM celebra el 'Día de Stanley Kubrick'

Stanley Kubrick
Stanley Kubrick - TCM

MADRID, 25 Jul. (EUROPA PRESS) -

TCM ha elegido este miércoles 26 de julio, la fecha en la que nació Stanley Kubrick, para celebrar el día en el que el director hubiera cumplido 89 cumpleaños, con títulos como Espartaco, Senderos de gloria o El resplandor. Además, el canal emitirá una pieza de producción propia en la que se recuerda su vida y se analiza su cine y su poderosa influencia.

Stanley Kubrick nació en Nueva York en 1928. Siempre fue un director perfeccionista que no soportaba dejar nada al azar. Pero, una vez terminada la película, su control iba aún más allá. Se preocupaba de la distribución del film, del estado de las copias e incluso del doblaje. Más que un director de cine se comportaba como un dios omnipresente que velaba por el destino de cada una de sus criaturas.

En sus obras se funden la fuerza de la dramaturgia, la belleza cromática de la pintura, el ritmo y cierta concepción musical con la profundidad filosófica.

Era, además, un creador rodeado por un halo de misterio, un hombre que vivía prácticamente enclaustrado en su casa de las afueras de Londres, de donde solo salía para rodar. Se pasaba horas y horas hablando con sus amigos por teléfono y sometía a sus actores a rodajes infernales, obligándoles a repetir decenas de veces la misma toma, incluso una vez acabado el rodaje.

DE LA CIENCIA FICCIÓN AL MATRIMONIO

Stanley Kubrick abordó gran cantidad de géneros cinematográficos dejando su particular impronta en cada uno de ellos: ciencia ficción en 2001: una odisea del espacio y, en cierta manera, en La naranja mecánica.

Conquistó a los espectadores con el cine bélico de Senderos de gloria y La chaqueta metálica; y probó el terror en El resplandor; el cine político en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú; la historia en Espartaco y en Barry Lyndon; melodrama en Lolita, e incluso rodó un inclasificable thriller cargado de erotismo sobre la sexualidad dentro y fuera del matrimonio: Eyes Wide Shut.

Sin embargo, si profundizamos más allá de las etiquetas, en su obra se encuentran una serie de constantes: la pareja, la familia y su posible desintegración, la guerra y el riesgo de confrontación internacional, la inteligencia emocional del hombre frente a la inteligencia artificial de las máquinas o la inevitable lucha que el ser humano mantiene entre el deseo y la muerte.