Actualizado 08/06/2011 16:18

Las memorias de la diplomática Isabel Oyarzábal, traducidas por primera vez al español

Luque, Pendón Y Radío, Tras El Descubrimiento De La Placa
EUROPA PRESS

MÁLAGA, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -

Las memorias que la actriz, periodista y diplomática española Isabel Oyarzábal (Málaga, 1878) escribió durante el periodo de su exilio en México ven por primera vez, a cuatro días del que sería su 133 cumpleaños, su traducción al español, bajo el nombre 'Hambre de libertad. Memorias de una embajadora republicana'.

Con prólogo de la poetisa almeriense y directora del centro cultural Generación del 27, Aurora Luque, la obra ha sido traducida de forma gratuita por los profesores Andrés Arenas y Enrique Girón, quienes, a su vez, se encargaron de buscar una editorial para publicarlas.

Finalmente, ha sido una editorial granadina Almed la responsable de recoger en español la biografía de esta malagueña; después de que hace 71 años lo hiciera una americana en inglés, idioma en el que fue escrito por la propia protagonista, haciendo uso de su "perfecto" conocimiento de la lengua anglosajona.

De madre escocesa y padre de ascendencia vasca, Oyarzábal nació el 12 de junio de 1878 en la calle del Peligro, actual calle Trinidad Grund, ubicada en el centro histórico de la capital malagueña; donde, desde este miércoles, la antigua sala de Pleno de la Diputación Provincial, situada en la plaza de la Marina, porta su nombre.

La inauguración de la sala ha contado con la asistencia del presidente en funciones de la institución provincial, Salvador Pendón; la diputada delegada de Cultura, Susana Radío; los traductores de la obra y su sobrino, José Fernández Oyarzábal, quien ha mostrado su agradecimiento por "reservar la mejor habitación de la casa" para la protagonista de la jornada.

Y como primer acto oficial, la nueva sala Isabel Oyarzábal ha acogido la presentación de sus memorias traducidas, por primera vez, al español, obra que, al igual que las restantes, porta la firma de Isabel de Palencia. En esta ocasión, se trata de un relato combativo en el que la autora denuncia la actitud hipócrita de las democracias occidentales hacia la España republicana del siglo XX.

De esta forma, plasma las ansias de esta malagueña por defender los ideales que creía justos, a pesar de que, para ello, tuviera que luchar a contracorriente y contra los prejuicios de la época; pero manteniendo un firme compromiso con la lucha feminista y las reivindicaciones laborales.

Reflejo de ello, Oyarzábal fue la primera mujer embajadora de España y primera inspectora de Trabajo en el país, cargo último que alcanzó en 1933 por oposición, convirtiéndose así en funcionaria. A esta escalada de puestos en la administración, bajo el recelo masculino, se une su condición de política y escritora, que le permitió vivir durante años y acceder a altos los círculos literarios del país mexicano.

Asimismo, desarrolló una gira de conferencias por Estados Unidos y Canadá en busca de apoyos para la causa republicana en España, por la que recorrió un total de 42 ciudades durante un periodo de 53 días; obteniendo, como resultado, el único aval de la ciudadanía, en detrimento del de los gobiernos.

No obstante, a día de hoy su sobrino recuerda a Oyarzábal como la tía "Ela", aquella que, lejos de lo habitual en las costumbres de la época, iba a trabajar en bicicleta, aún eclipsada por los tranvías; llegándole a costar, incluso, un accidente mientras lo observaba a su paso.

De esta forma, el acto organizado por la Diputación se apoya, en palabras de los profesores Arenas y Girón, también estudiosos de su obra e investigadores de su biografía; en la lucha por la cultura, por el conocimiento de la identidad y por las raíces; que la llevaron a permanecer tras su muerte, en 1974, en el Panteón de España de la ciudad de México.

Próximamente, la sala Isabel Oyarzábal del ente supramunicipal acogerá unas jornadas académicas que recorrerán la vida y obra de esta malagueña, así como de otras mujeres de la época también embarcadas en la misma empresa de búsqueda de libertades.