Málaga.- Una encuesta revela que el sistema penitenciario se conoce escasamente y lo que se sabe es por la televisión

Actualizado: sábado, 26 julio 2008 14:30

MÁLAGA, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -

Una encuesta, realizada entre personas de la capital malagueña y del municipio de Benalmádena por la Sección de Málaga del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología, revela que el sistema penitenciario se conoce escasamente y que el poco conocimiento que se tiene de las prisiones está basado en la televisión.

El estudio, llevado a cabo entre los meses de septiembre y octubre del año pasado y recogido por Europa Press, contó con un universo muestral de 256 entrevistas, realizadas a personas de nacionalidad española y de más de 18 años, siendo 148 los encuestados varones y 115 las mujeres.

En cuanto a los resultados obtenidos, la mayor parte de los entrevistados, un 80,9 por ciento, no conoce ninguna prisión, siendo este dato ligeramente superior en los varones.

Asimismo, el conocimiento de las prisiones se da en su mayoría a través de la televisión, en un 41,4 por ciento, mientras que lo que saben del sistema penitenciario por medio de la prensa sólo alcanza el 1,5 por ciento.

Del mismo modo, la mayor parte de los encuestados tienen un vago conocimiento de cómo es el régimen de vida habitual de los internos. Así, es de nuevo la televisión la que cobra protagonismo, ya que el 33 por ciento de los hombres lo conocen a través de este medio. Un 29 por ciento, no obstante, es por medio del contacto personal o por conocidos.

En cambio, las mujeres encuestadas presentan en un 30 por ciento de los casos un conocimiento del régimen de vida de los internos a través del contacto personal o por conocidos, seguido a cierta distancia, con un 22 por ciento, por la televisión.

PENAS ÍNTEGRAS

Algo en lo que coinciden la mayoría de los encuestados es que "lo más importante durante la estancia en prisión es que los presos cumplan íntegramente sus penas".

Así, la mitad de los entrevistados defiende que la cárcel sirve para que el delincuente pague el delito cometido, independientemente de su edad y del conocimiento sobre el régimen de vida de los internos.

Precisamente, a la pregunta sobre si la prisión ayuda o perjudica al delincuente, las respuestas obtenidas muestran que las personas mayores de 65 años, en un 46,6 por ciento, consideran que la prisión no beneficia a los internos, frente a un 34,9 por ciento, que opina que es más positivo que negativo.

Las mujeres, los trabajadores por cuenta ajena, los jóvenes de entre 18 y 30 años y los que tienen estudios básicos creen que la cárcel es un buen mecanismo para resocializar al delincuente preso, mientras que los hombres, los funcionarios y los que no tienen estudios, con estudios medios o superiores, así como los encuestados de 30 años en adelante, piensan que la prisión sólo es regular como elemento de resocialización.

RESOCIALIZACIÓN

La nota destacada, por tanto, es que la mayoría de las personas entrevistadas, un 81,3 por ciento, no consideró la prisión como un medio bueno o malo de resocialización, sino que se decantó por la opción de 'regular'.

Del resto de datos obtenidos por el estudio se resalta también que aproximadamente la tercera parte del total de encuestados considera la vida en la cárcel como dura o muy dura y algo más de la mitad de los entrevistados, incómoda, por lo que la tendencia general es a verla en una posición intermedia, es decir, entre dura e incómoda.

Al respecto, las mujeres y los jóvenes de entre 18 y 30 años consideran la vida en prisión algo más dura que la mayoría de los hombres encuestados. Un dato curioso lo aporta la variable del nivel de formación, ya que mientras que para el 21 por ciento de los entrevistados con formación universitaria la vida del preso es incómoda, para el 31,8 por ciento que no tiene estudios es claramente dura.

Por su parte, otro de los resultados obtenidos en el que no se han dado amplias diferencias es en lo que se refiere a la relación entre prisión y Justicia. Así, ya sean hombres o mujeres, funcionarios o trabajadores por cuenta ajena y en cualquier franja de edad, sólo el 0,7 por ciento acortaría las penas de prisión, frente a un 32,3 por ciento que las alargaría.

Por último, en cuanto a la reincidencia de los presos, la mayoría de los encuestados, indistintamente del sexo, edad o condición social o educativa, opina que los delincuentes, tras su paso por prisión, volverán a delinquir dado el escaso apoyo otorgado en materia de reinserción.