Córdoba.- El CAT representará hoy en el Gran Teatro de Córdoba la obra de José Saramago 'In Nomine Dei'

Actualizado: jueves, 27 marzo 2008 6:00

CÓRDOBA, 27 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Centro Andaluz de Teatro (CAT) representará en el Gran Teatro de Córdoba a partir de hoy su última producción, 'In Nomine Dei', del Nóbel de literatura José Saramago, y dirigida por José Carlos Plaza, que llega a la capital cordobesa tras su estreno en Sevilla y su posterior paso por Granada, Jaén, Punta Umbría (Huelva) y Málaga.

Según dijeron a Europa Press fuentes de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, de la que depende el CAT, tras su representación en Córdoba, hoy y mañana, la gira de esta obra recalará posteriormente en Almería y culminará su periplo andaluz en el Puerto de Santa María (Cádiz) el próximo mes de abril, contando entre su reparto con el actor cordobés Rafael García.

La elección de llevar a escena este texto, que por primera vez se tradujo al español, entronca con el compromiso social del CAT, ya que la intención de Saramago, "desde esa conciencia crítica y radical, es enfrentarnos con el sin sentido de la barbarie".

El reparto, encabezado por Carlos Álvarez-Nóvoa, reúne a más de una veintena de actores, actrices y cantantes, que junto con el diseñador de la escenografía, José Manuel Castanheira, y los responsables de iluminación, Francisco Leal, de vestuario, Pedro Moreno, y de la música, Mariano Díaz, conforman un equipo de primer nivel.

'In nomine Dei' es un "alegato contra aquellos fanatismos que con tanta facilidad llevan a los seres humanos a matar y a dejarse matar", y en este caso "representa un trágico capítulo de la larga e irremediable historia de la intolerancia humana", ya que, según el CAT, "todas las guerras son absurdas, pero las guerras de religiones son las más absurdas de todas, porque se hacen en nombre de no se sabe qué".

El argumento de la obra se centra en un conflicto entre católicos y protestantes que transcurre en el siglo XVI en una ciudad del Norte de Alemania, Münster. Los protestantes, a cuenta del gobierno de la ciudad, instalaron una especie de comunismo evangélico, eliminaron las deudas, el dinero, etcétera. Los jefes querían vivir al estilo de los patriarcas bíblicos y aquello acabó en una carnicería, ya que se mataron y se torturaron, hasta el punto de que una ciudad que tenía 14.000 habitantes se consumió hasta tener sólo 2.000.

Esta obra invita a la reflexión: si entre el hombre, con su razón, y los animales, con su instinto, ¿quién estará, a fin de cuentas, mejor dotado para dirigir la vida?. Así, si los perros hubieran inventado un dios, ¿pelearían por diferencias de opinión en cuanto al nombre que darle?. Y en el caso de que estuvieran de acuerdo en cuanto al apelativo, ¿estarían, generación tras generación, mordiéndose entre sí por la forma de las orejas o de la borla de la cola de su canino dios?.

De esta forma, "Saramago ofrece, con su elaborada y hermosa prosa una denuncia contra la intolerancia". La obra empieza con el exterminio aberrante de los que discrepan, de los que no se dejan arrebatar lo que es suyo: ya sean bienes o ideas. Se escenifica el "exterminio cruel con el que concluyen indefectiblemente las oleadas de la intolerancia, siempre basada en la cobardía y la hipocresía de unos cuantos que arrastran y utilizan el miedo de la mayoría".