Sánchez Trigueros, impulsor de los Cursos de Verano de la UNIA, aborda en Baeza el carácter "originalísimo" de Alberti

Antonio Sánchez Trigueros en la sede Antonio Machado de la UNIA.
Antonio Sánchez Trigueros en la sede Antonio Machado de la UNIA. - EUROPA PRESS
Publicado: jueves, 20 agosto 2020 15:07

BAEZA (JAÉN), 20 Ago. (EUROPA PRESS) -

Uno de los impulsores de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), Antonio Sánchez Trigueros, ha regresado este jueves a la sede Antonio Machado del municipio jiennense de Baeza para abordar el carácter "originalísimo" de Rafael Alberti.

En concreto, este ensayista y crítico literario de gran prestigio ha ofrecido la ponencia titulada 'Rafael Alberti: poesía y pintura' en el marco del curso de verano 'Rafael Alberti, la palabra y el compromiso'.

A sus 77 años, Trigueros ha vuelto a la sede baezana, de la que fue director, para hablar de la figura de Alberti, sobre cuya obra literaria, teatral y pictórica ha hecho un recorrido. "Es un poeta insólito, originalísimo, con una importante construcción arquitectónica", ha asegurado sobre el autor de la Generación del 27.

Como creador del Festival Internacional de Teatro de Granada, ha destacado el trabajo de Alberti en este campo de las artes. "La obra 'Noche de guerra en el Museo del Prado' es un ejemplo de cómo un libro genera un espectáculo escénico, que no se ha puesto demasiado en escena por su complejidad", ha afirmado.

Además, el también presidente de honor de la Academia Buenas Letras de Granada ha recordado con nostalgia el paso del tiempo por la sede baezana. "Todo esto ha cambiado mucho, cuando yo llegué era una escombrera, estaba abandonado", ha valorado Trigueros.

Sobre el ambiente académico de entonces, ha explicado que los Cursos de Verano nacieron con el fin de generar una convivencia entre los profesores y los alumnos. Al hilo, ha apuntado que Baeza era una ciudad perfecta para ello, pues su ambiente y su riqueza histórica animaban a disfrutar de la localidad durante los días de formación.

Durante sus años como director de esta sede, quiso crear una "vida universitaria plena", más allá de las aulas, "no que el profesor llegase, soltase su discurso y se fuera". Por ello, una de las premisas que mantuvo durante este tiempo fue que "todo profesor que venía tenía que aceptar la regla de estar aquí cinco días, fuera quien fuera".