La Diócesis de Huesca celebra mañana una misa para agradecer a las Hermanas Capuchinas la donación de su monasterio

Actualizado: sábado, 7 noviembre 2009 17:45

HUESCA, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Diócesis de Huesca agradecerá mañana, en el transcurso de una misa, a las Hermanas Capuchinas la donación al obispado de su monasterio, cuyas puertas se cerrarán este mes de noviembre después de 361 años.

Las cinco religiosas que lo habitan en régimen de clausura y que se trasladarán a la casa de la orden de Zaragoza han entregado ya al Obispado su monasterio, situado en la avenida del Doctor Artero de la capital altoaragonesa, edificio que la diócesis convertirá en sede del seminario y de la casa diocesana.

Con motivo del cierre del convento y para dar las gracias por la presencia de esta comunidad religiosa durante tantos años en la ciudad, el obispo de Huesca, Jesús Sanz Montes, presidirá una misa el domingo, día 8, a las 18,00 horas en el mismo convento.

El vicario General de la Diócesis de Huesca, Nicolás López, explicó que "la Diócesis ha organizado esta misa de acción de gracias, para expresar nuestra gratitud a las Hermanas por su presencia que ha sido de 361 años y por la donación de su monasterio, donde se ubicará el seminario y la casa diocesana".

Los orígenes del convento se remontan a 1645 cuando Ana María de Latrás, condesa de Latrás se quedó viuda del segundo duque de Plasencia y renunció a los títulos de condesa y tomó el hábito de religiosa capuchina, en Zaragoza. Posteriormente, escribió una súplica al Senado de Huesca solicitando fundar en el palacio condal un convento de capuchinas, cuyo permiso llegó en 1647 y un año después se instalaron cuatro monjas. En 1652 compraron unas casas por valor de 2.913 escudos, donde estuvo el viejo convento, en el Coso Alto.

La primera piedra de la iglesia, que aún se puede ver en pie, la bendijo el obispo Fernando de Sada y Azcona, el 13 de abril de 1668 y se consagró e1 3 de septiembre de 1671, un año después de la muerte de la fundadora.

La construcción del nuevo convento se inició en 1967 en la carretera de Jaca, sobre una superficie de 3.906 metros cuadrados y por un precio de 8,5 millones de pesetas. Este mismo día, el obispo Jaime Flores bendijo la primera piedra, procedente del presbiterio de la vieja iglesia. Hace 40 años, las religiosas capuchinas se trasladaron al nuevo convento, cuya iglesia bendijo el obispo Javier Osés, el 28 de mayo de 1970.