La DPZ potencia el patrimonio cultural de la provincia con el Archivo de la Tradición Oral

ZARAGOZA, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Diputación de Zaragoza (DPZ) está realizando el Archivo de la Tradición Oral con la finalidad de poner en valor los elementos de mayor arraigo popular y mostrar el gran patrimonio cultural inmaterial con el que cuenta la provincia.

A lo largo de los más de veinte años en los que la DPZ lleva buscando materiales, recopilándolos y catalogándolos, se han ido introduciendo nuevos registros que han convertido a este archivo en uno de los más importantes de España.

En la actualidad cuenta con más de 5.000 registros de interés histórico, antropológico y etnográfico de toda la provincia de Zaragoza.

Tradiciones, fiestas, músicas o dances son recogidos y compilados en un archivo depositado en la institución provincial que pronto pasará a formar parte del Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA), una plataforma virtual donde se almacena y gestiona la riqueza patrimonial y cultural de la comunidad.

ELABORACIÓN DEL ARCHIVO

Para llevar a cabo el Archivo de la Tradición Oral se graban y digitalizan testimonios, músicas, letras de canciones populares, dichos, dances, fotografías y tradiciones. También se recogen materiales antiguos, grabaciones en directo de fiestas o encuentros de interés etnográfico musical --Encuentro de dances de la provincia de Zaragoza, Encuentro de Cipotegatos del Moncayo--.

Además se recuperan grabaciones históricas de gran valor documental. Después se desarrollan los trabajos de archivo y catalogación, seleccionando los criterios de búsqueda apropiados al gran público para su incorporación a la base de datos del Archivo de la Tradición Oral.

Cada año se realizan diferentes tareas para incorporar nuevo material. Así en el 2012 se trabajó sobre el gaitero y el dance en Alfajarín, sobre la recopilación de estampas sobre músicos aragoneses ambulantes, la ronda de los quintos de Aguarón, canciones religiosas de Tarazona, la bajadilla de San Roque de Alarba o la despertadera de La Almolda, entre otros.