ZARAGOZA 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
Participantes del estudio que están llevando a cabo investigadores de la Universidad de Zaragoza en el IAACC Pablo Serrano. Participantes del estudio que realizaron investigadores de la Universidad de Zaragoza en el IAACC Pablo Serrano.
Un estudio desarrollado en el IAACC Pablo Serrano entre el 1 y el 12 de septiembre de 2025 confirma que la contemplación y el análisis de obras de arte genera una reducción significativa del estrés y la ansiedad, así como una mejora notable del bienestar emocional en los participantes, todo ello relacionado con la activación de áreas cerebrales asociadas con la gestión emocional y procesamiento estético.
La investigación, realizada por el NeeTeD Lab (Laboratorio de Neuroeducación, Tecnología Educativa y Desarrollo) de la Universidad de Zaragoza, en colaboración con el IAACC Pablo Serrano y Believe in Art, se ha centrado en analizar variables de carácter sociodemográficas, afectivas y relacionadas con el ámbito del arte, tales como la experiencia estética, la edad, la formación artística, la empatía y la frecuencia de visita a museos, combinando medidas psicológicas pre y post sesión con registros neurofuncionales.
El estudio analizó a 95 participantes de entre 24 y 70 años, siendo un 69,6% mujeres y un 15,2% hombres, utilizando cuestionarios y técnicas de neuroimagen (fNirs) para medir variables como la ansiedad, el estrés, el bienestar psicológico y la actividad en la corteza prefrontal. La tarea experimental consistió en la observación de seis obras de arte de distinto grado de iconicidad --alto, medio y bajo-- pertenecientes a artistas aragoneses de los años 70. Entre ellas, 'Dona Mácula' de Pedro Giralt, 'Noche' de Sergio Abraín o 'El explorador del tiempo', de Enrique Larroy.
Cada participante pasó por dos condiciones: un análisis de la obra centrado en una interpretación personal de su significado y la visualización de la obra, sin interpretación personal y centrándose en el centro del cuadro o en un elemento concreto del mismo.
En el plano cerebral, el estudio detectó una mayor activación en áreas del córtex prefrontal anterior izquierdo, relacionadas con la regulación emocional, la atención consciente, el control del estrés, el juicio estético, así como la activación del córtex prefrontal dorsolateral izquierdo relacionado con la integración de valores personales, una asimilación emocional compleja y la integración de la memoria autobiográfica con la experiencia estética.
Además, la activación cerebral en estas áreas frontales se asocia directamente con menor estrés y mayor bienestar tras la sesión. Estas activaciones varían en función de la edad, la formación artística, la empatía y la experiencia previa con el arte.
MEJORA DEL BIENESTAR Y REDUCCIÓN DEL ESTRÉS
Mejora del bienestar y reducción del estrés Los resultados muestran que, tras la sesión, se produce una mejora significativa del bienestar, una reducción significativa del estrés y la ansiedad, siendo el efecto mayor en personas jóvenes, especialmente en la reducción de la ansiedad.
Asimismo, las personas que visitan museos habitualmente o realizan actividades artísticas presentan mayor bienestar tras la sesión y más emociones positivas, además de una muy buena valoración global de la experiencia, especialmente en términos de disfrute, aprendizaje, conexión emocional y experiencia estética.
En cuanto al papel que cumple la empatía, las personas con mayor capacidad empática muestran una conexión emocional más intensa y una experiencia estética más profunda.
El estudio establece una clara relación entre los procesos cerebrales implicados en la experiencia estética y los estados emocionales placenteros, evidenciando cómo el arte puede actuar como herramienta reguladora del bienestar emocional.
Como líneas futuras, la investigación plantea una localización citoarquitectónica más precisa de las áreas implicadas, nuevos enfoques de análisis y la búsqueda de financiación que permita seguir ampliando esta línea de investigación a través de la generación de contratos de transferencia, creación de una cátedra de neuroeducación o mecenazgo.
Este trabajo refuerza el papel de los museos no solo como espacios culturales, sino también como espacios de bienestar, salud emocional y conexión personal.