Una fundación quiere convertir el sanatorio de Agramonte en Tarazona en un centro socio-sanitario

El Sanatorio en Tarazona
AYUNTAMIENTO DE TARAZONA
Actualizado: miércoles, 17 noviembre 2010 20:15

TARAZONA (ZARAGOZA), 17 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Fundación 'Maestro Ávila' quiere convertir al antiguo sanatorio de Agramonte en la localidad zaragozana de Tarazona en un centro socio-sanitario de asistencia para personas mayores o dependientes, según figura en la memoria presentada en el Ayuntamiento. Además, esta entidad propone reservar parte de las instalaciones "a actividades de estudio e investigación".

En el Pleno municipal de octubre, el alcalde de Tarazona, Luis María Beamonte, anunció dicha propuesta que, a su entender, "parece interesante, puesto que supondría la reactivación de un complejo que se encuentran muy deteriorado y que podría generar una cierta actividad económica para toda la comarca".

Por su parte, la Fundación mantiene que con esta iniciativa "se respeta la tradición socio-sanitaria de esta instalación, se inicia en la zona una labor de investigación y estudio, además de crear en torno de 20 puestos de trabajo y por tanto ingresos que revertirán en la comarca".

Precisamente, hace unos días la Comisión municipal de Urbanismo dio el visto bueno para iniciar la modificación del Plan de Ordenación y, de esta forma, que el uso sanitario de Agramonte tenga cobertura, sin perjuicio de las evaluaciones medioambientales que procedan.

Según la memoria, el motivo por el que la Fundación ha elegido Agramonte para desarrollar este proyecto se debe a dos circunstancias, el enclave y el inmueble en sí, explica el consistorio turiasonense en un comunicado.

Así, el documento subraya la buena ubicación geográfica, estando cerca de su sede central, situada en la localidad navarra de Arguiñano, así como de importante capitales como Zaragoza, Pamplona, Soria y Logroño, y también de Francia, donde la Fundación mantiene contacto de colaboración y expectativas de actuación. Además, el enorme valor paisajístico y natural del entorno también ha pesado a la hora de elegir este lugar.

En cuanto al inmueble, en la memoria se indica que tanto las dimensiones como las características son "muy adecuadas" para los intereses de la Fundación, tanto por la estructura como por el aspecto del mismo.

La intención es poner en marcha una residencia mixta, tanto para dependientes como válidos, que contaría con 35 habitaciones individuales. Con posterioridad, está previsto que estas instalaciones también ofrezca servicios como centro de día, equipo de atención domiciliaria y tele-asistencia.

Asimismo, atendiendo al lugar y a su significación histórica, la Fundación pensó en que era casi obligado crear algún aula o cátedra de estudio e investigación sobre Tarazona, el Moncayo y su comarca.

EL PASADO DEL SANATORIO

El sanatorio antituberculoso de Agramonte se empezó a construir en los años 1920 por iniciativa del Gobierno. Una vez terminado en el año 1930, se destinó en un principio a centro de descanso para las familias pudientes de la época, pero al empezar la Guerra civil en 1936, quedó abandonado hasta el fin de la guerra.

En 1939, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana se hicieron cargo del edificio, instaurando el "Sanatorio Antituberculoso de Agramonte". Sus moradores fueron mayoritariamente mujeres y niños, aunque al final también hubo hombres. Allí cada día luchaban por vencer a la tuberculosis y la mayoría, con el tratamiento médico y la situación geográfica cerca del Moncayo, lograron curarse.

En el mes de octubre de 1978, después de 40 años en activo, el Sanatorio cesó su actividad. En 1979 fue cedido al Ayuntamiento que desde entonces busca una iniciativa privada para darle un nuevo uso. Hasta la fecha han sido muchas las entidades interesadas, pero la que obró más fuerza fue la de los sindicatos UGT y CC.OO. por explotar el recinto, pero al final tampoco fraguó.

Con su cierre el lugar quedó vacío, "a merced de los vándalos y visitado por otras personas fascinadas por la belleza y el misterio de aquel lugar". Desde hace años, el viejo Sanatorio se ha convertido en un lugar de referencia para personas aficionadas al esoterismo y ciencias ocultas.