El Hospital Royo Villanova de Zaragoza cuenta con una nueva área para pacientes que han sufrido un ictus

ZARAGOZA 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Hospital Royo Villanova de Zaragoza cuenta desde este martes, 1 de marzo, con una nueva Área de Ictus. Hasta ahora, en este centro, había una habitación doble con monitorización desde el control de Enfermería.

Gracias a la ampliación llevada a cabo, el centro cuenta con un área con capacidad para cuatro camas en una misma sala, con un control de Enfermería independiente las 24 horas del día y telemetría incorporada. El importe total de la actuación, incluyendo el aparataje, ha ascendido a casi 27.000 euros.

La nueva unidad se ubica en la cuarta planta del hospital y está dotada con una central de monitorización con cuatro monitores, uno por paciente, y dos puestos de trabajo para consulta de historia clínica electrónica y redacción de informes por parte del personal.

Además, todas las instalaciones de la unidad se han adaptado para el nuevo uso de la misma, redistribuyendo la iluminación y manteniendo un sistema de llamada paciente-enfermera para el contacto directo del control de la unidad con el control general de la planta.

MEJORA SUSTANCIAL

La consejera de Sanidad, Sira Repollés, ha visitado este viernes la nueva sala, "que supone una mejora sustancial en la atención a estos pacientes, facilitando el manejo de estas patologías, la vigilancia de las complicaciones y la recuperación funcional a corto plazo", ha explicado.

La consejera ha subrayado que esta unidad completa a las que ya se disponen en otros hospitales de la comunidad autónoma y "cumple todos los estándares de calidad y de controles exhaustivos, que son tan importantes".

El jefe de servicio de Neurología del Hospital Royo Villanova, José María Pérez Trullén, ha dicho que ésta era una unidad "tanto tiempo esperada", para que este sector sanitario "tenga este recurso" que contribuirá a "dar calidad de vida" a los pacientes, gracias a una atención "precoz y eficaz", "que disminuye las complicaciones y las secuelas".

Ha dicho que este nuevo área les dota de unos recursos "de los que hasta ahora no podíamos disponer, una monitorización más exhaustiva y controlada las 24 horas" para detectar de forma inmediata alteraciones en la tensión, la temperatura y la fibrilación, entre otras, "que pueden repercutir en la fase aguda del ictus y dar lugar a las complicaciones que agravan el pronóstico".

Pérez Trullén ha comentado que de este sector dependen 200.000 personas y, anualmente, atienden en torno a 490 pacientes que sufren un ictus, si bien no todos requieren ingreso, ni todos los que ingresan necesitan hacerlo en esta unidad.

En ella, son atendidos aquellos que han sufrido un ictus grave y necesitan un control más exhaustivo, evitando en la mayoría de los casos el ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos, al tratarse de una unidad intermedia de semicríticos, en la que los pacientes pasan las primeras 24-48 horas tras haber sufrido el ictus.