ANDORRA (TERUEL), 12 (EUROPA PRESS)
La necrópolis del poblado ibérico de "El Cabo", en la localidad turolense de Andorra, puede ser ya visitada tras los trabajos de consolidación y protección realizados en las campañas de excavaciones arqueológicas de los años 2005 y 2006.
En estas campañas se excavaron seis túmulos que dieron como resultado siete urnas funerarias, que tenían restos humanos incinerados, si bien se encontraban machacados, así como multitud de fragmentos de bronce, pertenecientes a un modesto ajuar compuesto de anillos, pulseras y colgantes, informa el Patronato de Cultura y Turismo de Andorra.
Tras asegurarse que ya no existían más restos arqueológicos en la zona, se inició el proceso de consolidación de las estructuras mediante agua, cal y arena amarilla. Posteriormente, se cubrió con una pequeña capa de grava fina todo el yacimiento para que no creciese la cobertura vegetal de la zona y que las estructuras consolidadas destacasen sobre el terreno.
Acto seguido, se colocó una valla perimetral con una pequeña puerta de acceso para que todo el mundo pueda entrar al recinto y finalmente se plantaron seis cipreses, árboles estos muy unidos a la cultura funeraria en toda el área mediterránea.
Por otra parte, el túmulo 1, que se encontraba bastante deteriorado por la erosión, ha sido restituido en sección, donde se ha colocado una vasija para que el visitante pueda conocer cómo es un túmulo funerario por dentro, cumpliendo así una importante función didáctica. Además, junto a la puerta del vallado se ha dispuesto una mesa de interpretación, con unos textos breves, ilustrativas fotografías y un pequeño dibujo el ritual funerario ibérico.
La necrópolis se encuentra situada junto al enorme agujero de la mina a cielo abierto, desde donde se puede contemplar el auténtico emplazamiento del poblado ibérico de "El Cabo" que fue trasladado a la ladera del monte San Macario.
La excavación de esta necrópolis supone un importante hallazgo en el panorama de la investigación del mundo funerario ibérico en Aragón, ya que las últimas excavaciones en necrópolis ibéricas de esta época datan de hace unos 25 años, concretamente en la "Loma de los Brunos" en Caspe (Zaragoza).