El veterano piloto Orlando Jiménez dice que la tripulación "violó" la normativa de vuelo y no estaba bien formada

Actualizado: miércoles, 3 febrero 2010 18:32

ZARAGOZA, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

El veterano piloto de aviación Orlando Jiménez, quien hoy compareció en el juicio civil por el accidente aéreo del Yakovlev 42 como perito de la acusación, afirmó que la tripulación que pilotó el vuelo 43235 que el 26 de mayo de 2003 se estrelló en Turquía, con el resultado de 62 militares españoles muertos, "violó" la normativa internacional de vuelo y, además, no estaba suficientemente preparada.

En una larga intervención iniciada a las 10.20 horas de hoy y que se prolongó hasta las 14.00 horas, en el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Zaragoza, Orlando Jiménez explicó que los pilotos desoyeron las sucesivas alertas del cuadro de mando del aparato, cuando se aproximaron a las montañas con las que después colisionaron.

Además, no respetaron ni la velocidad ni la altura de vuelo que la carta de navegación establecía para aterrizar en el aeropuerto turco de Trabzon. Poco antes del impacto, la tripulación había dispuesto de 15 segundos para poder remontar el vuelo, desde que los instrumentos de navegación emitieron la alarma.

El hecho cierto es que los pilotos habían sufrido una "pérdida de la conciencia situacional", como se dice en el argot aeronáutico, es decir, que no sabían el lugar exacto en el que se encontraban cuando impactaron contra las montañas.

Asimismo, en lugar de dirigirse hacia la pista de aterrizaje se dirigieron hacia el Sur del aeropuerto, donde estaban las montañas. La maniobra de aproximación al aeropuerto falló, inicialmente, porque fue realizada de forma "imprecisa", sin la velocidad y la dirección adecuadas.

A esto añadió que el Yakovlev 42 no disponía de los instrumentos de vuelo ya existentes en 2003 y que, en su opinión, hubieran permitido sortear las montañas. Orlando Jiménez añadió que los pilotos ni siquiera pudieron descansar suficientemente, como establece la normativa.

En su intervención, Jiménez comentó que la carta de navegación para entrar en el aeropuerto turco demuestra que era "muy difícil" aterrizar y, además, el accidente tuvo lugar en unas circunstancias meteorológicas complicadas, como es el hecho de que la pista de aterrizaje estuviera mojada y que hubiera nubes a 3.000 pies de altura, lo que estrechaba el espacio del que disponía la nave para aterrizar.

Sobre el hecho de que el aeropuerto de Trabzon no tuviera radar para facilitar la aproximación a los pilotos, el perito indicó que esto ocurre en muchos casos, de ahi que los pilotos dispongan de un patrón de navegación que les permite aterrizar con seguridad.

Orlando Jiménez aseveró que el descanso de los pilotos no era suficiente y como muestra de ello indicó que las dos tripulaciones que participaban en este vuelo iniciaron el trayecto a las 2.30 (UTC) horas del 25 de mayo de 2003 y la colisión se produjo a las 1.12 horas (UTC) horas del día siguiente, es decir, que entre dos equipos pilotaron la nave durante más de 23 horas, lo que les produjo un cansancio del que difícilmente se pudieron recuperar, ya que las características de la zona de descanso del aparato no facilitaban el sueño reparador.

"Desde luego", prosiguió Orlando Jiménez, el Yak 42 nunca hubiera superado una auditoría técnica aeronáutica según los parámetros internacionales, puesto que los representantes de la contratista Chapman Freeborn se limitaron a revisar las licencias y diversa documentación, mientras que toda operación de comprobación de las aeronaves para dar el visto bueno a un nuevo vuelo obliga a "ir más allá" y revisar in situ los aparatos.