Zaragoza.- El jefe del Ciclo Integral del Agua afirma que "el agua de la ciudad es potable", aunque con Yesa "mejorará"

Actualizado: miércoles, 22 agosto 2007 16:53

ZARAGOZA, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -

El jefe del Servicio de Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de Zaragoza, Alfonso Narvaiza, ha explicado hoy en una visita a la potabilizadora de Zaragoza que "el agua de la ciudad es potable, pero sería deseable que tuviese menos sales y sulfatos, para echar menos cloro; creo que cuando venga el agua de Yesa estaremos mucho más tranquilos, tendremos un agua mucho mejor".

Narvaiza se ha pronunciado así tras las informaciones que apuntaban que los niveles de trihalometano encontrados en el agua que se consume en Zaragoza son los más altos de España. Narvaiza ha puesto en duda que "nuestra agua sea la peor de todo el país" y ha indicado que "la reacción del cloro con la materia orgánica es lo que provoca el trihalometano".

"El índice en estos momentos es de 150 partes por millón en algunos puntos concretos, aunque normalmente andamos alrededor de 60 ó 70 partes", y en uno y otro caso "cumplimos perfectamente con la normativa", ha aclarado.

Asimismo, ha añadido que "no es lo mismo el periodo de verano que el invierno" puesto que "con el calor, las bacterias se desarrollan más fácilmente, por lo que en verano no queda más remedio que echar más cloro, aunque también se evapora más rápidamente por las altas temperaturas; todo eso son parámetros que se van regulando continuamente en función de distintos factores", ha subrayado.

La jefa de Calidad Ambiental del Instituto Municipal de Salud Pública, Dolores Vera, ha aconsejado a los consumidores de agua del grifo "dejar la botella en la nevera destapada durante unas horas" ya que esto contribuye a que desaparezcan el cloro y el trihalometano "porque son muy volátiles y se evaporan".

CICLO DEL AGUA

La potabilizadora de Zaragoza está situada en el barrio de Casablanca y capta agua no apta para el consumo humano, que trata para su transformación en agua potable, a través de unos procesos físicos y químicos.

La primera fase del proceso de potabilización del agua se llama desbaste y consiste en filtrar el agua por rejas de diferentes tamaños para eliminar sólidos. Después, se trata el agua con carbón activo, que reduce la tasa de "materia orgánica y produce un mejor sabor y olor".

El siguiente paso es la floculación y decantación. En la planta de la capital aragonesa existen trece decantadoras que realizan una estas tareas. Con este proceso físico, "los lodos bajan al fondo" por la acción de la gravedad, por lo que el agua "que surge por arriba ya sale mucho más depurada". Físicamente, consiste en que las partículas más densas sedimentan al fondo del decantador, y las menos densas quedan flotando en la superficie.

Uno de las fases más importantes de la potabilización es la cloración del agua, ya que, como ha explicado Narvaiza, "bacteria que coge, bacteria que mata". Pero ha aclarado también que "el cloro se va perdiendo a lo largo de la distribución. Llevar el agua desde aquí hasta Casetas tarda un tiempo bastante importante", por eso tienen que "añadir más cantidad de cloro a la salida de los depósitos para que el agua que llega al final de la red tenga cloro, o bien poner estaciones intermedias de cloración que permite poner más cloro a lo largo de la red".

En estos momentos, existen "tres estaciones de cloración; una en la carretera de Logroño, otra en el puente del Gállego, y una tercera en la Almozara. Ahora estamos haciendo un proyecto para instalar cuatro estaciones nuevas", ha explicado Narveiza a los medios.

El agua decantada pasa a unos filtros para limpiar el agua que consisten en "capas de arena silicia de 40 centímetros que filtra por gravedad y por debajo se recoge el agua que se lleva al depósito". Ya por último estos depósitos, con una capacidad de 180.000 metros cúbicos, almacenan el agua ya tratada.

El agua que sale de estos depósitos se analiza constantemente en un laboratorio instalado en la planta potabilizadora. Entre otros índices, mide el de turbiedad, que a día de hoy se encontraba a 35.47, cuando lo normal es que se encuentre "entre 200 y 250". Narvaiza ha asegurado que "hemos llegado a tener hasta 3000", por lo que "el índice que marca hoy es buenísimo".

El laboratorio cuenta con dos máquinas, una de las cuales analiza una vez por semana los niveles de metales pesados disueltos en el agua, mientras que la otra analiza los compuestos orgánicos. "Si se detecta una calidad muy mala, cortamos la entrada de agua del canal para actuar inmediatamente", ha añadido Narvaiza.