Morán recalca que la percepción ciudadana no es suficiente para cambiar el Plan del lobo y pide esperar a 2025

GIJÓN, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha recalcado este jueves en Gijón que la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y Catálogo Español de Especies Amenazadas (Lespre) no obedece a una voluntad política, sino que la realidad de esta especie obedece a una constatación científica.

Así lo ha indicado, en declaraciones a los medios de comunicación durante su participación en el acto Institucional de plantación de minibosques del proyecto Gijón Ecoresiliente, en el parque de Moreda.

Una vez constatada, los criterios de gestión de la especie se adaptan a esa realidad científica.

Sí que ha reconocido que es importante tener en cuenta la percepción ciudadana, si bien ha matizado que esta guarda relación con el entorno en el que vive.

Dicho esto, ha asegurado que "la realidad de la biodiversidad va mucho más allá de las fronteras de las que una persona está en condiciones de analizar en su entorno".

Sobre la posibilidad de recuperar las batidas, ha apuntado que dentro del Plan de Gestión del Lobo se contempla una medida que dice que, cuando se agotan todas las posibilidades de gestión de una especie y esta sigue generando daños pese a haber empleado todas las medidas precautorias previas, es posible incorporar la medida de la "extracción" de ejemplares.

CENSO DEL LOBO

En cuanto al censo del lobo, ha recalcado que estos los elaboran las comunidades autónomas, que son quienes tienen las competencias, y, cuando se tenga el conjunto de los datos agregados de cada una, se elabora el estatal.

En este sentido, ha indicado que la última información de la cuenta señala que solo Galicia y País Vasco han remitido al Ministerio el censo actualizado del lobo en sus respectivas comunidades.

A este respecto, ha recordado que será en 2025 cuando España debe remitir, al igual que el resto de países de la UE, el informe sexenal a la Comisión Europea para contrastar cuál ha sido la evolución de esta especie respecto al último informe, de 2019.

Ha señalado, al tiempo, que la capacidad de respuesta de las administraciones tiene que acomodarse siempre a la realidad de la evolución de la situación. Es por ello, que ha apuntado que es preciso esperar a ver cuál es el diagnóstico que se constata desde el punto de vista científico para implementar medidas que respondan a esa nueva realidad, si es que ha habido cambios y estos son "sustanciales".