Economistas dicen que la competencia entre CCAA con ayudas par atraer empresas es "perjudicial" para los territorios

Actualizado: domingo, 18 marzo 2007 13:33

El profesor Blanco advierte de "chantajes" de las empresas cuando "amenazan con trasladar la producción si no logran nuevas ayudas"

Del Rosal sostiene que en países desarrollados, actividades intensivas "en mano de obra poco cualificada" serán las más afectadas por las deslocalizaciones

OVIEDO, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

La competencia que se produce entre las distintas comunidades autónomas (CCAA) y países a la hora de ofrecer ayudas económicos para atraer empresas es "perjudicial" a la larga para los territorios y "beneficioso" para las compañías, según los profesores del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, Ignacio del Rosal y Javier Blanco.

Ambos profesores se refirieron, en una entrevista concedida a Europa Press, a fenómenos de deslocalización que se están dando en nuestro país, como Delphy en Andalucía o Autotex en Asturias, y señalaron que es prácticamente imposible luchar contra esas tendencias, teniendo en cuenta que responden a tendencias globales y a las reglas de juego propias de una economía de mercado.

Blanco señaló, en lo que se refiere a las ayudas para la captación de empresas, que las subvenciones han de usarse de forma "prudente", "rigurosa", "selectiva" y concederse sólo cuando "estén justificadas". No obstante, advierte que en la medida en que unos territorios las apliquen más que otros, se generarán desequilibrios.

En la misma línea, Del Rosal comentó que las subvenciones, como regla general, no debería utilizarse "nunca". Admitió que pueden estar justificadas en regiones con problemas de reestructuración o de empleo y comentó que la descentralización política y económica acontecida en España ha propiciado una "competencia entre regiones para atraer empresas" que perjudica a las CCAA y beneficia a las compañías.

El profesor Blanco fue más allá a la hora de analizar la reacción de determinadas administraciones cuando algunas empresas anuncian posibles cierres. "Puede existir un cierto modo de 'chantaje' consistente en amenazar con trasladar la producción si no se consiguen nuevas subvenciones", comentó.

Por eso, señaló que el papel de los gobiernos ante procesos de deslocalización debe limitarse a "velar" para que se cumpla "escrupulosamente" la legislación laboral y mercantil, "como en cualquier proceso de reestructuración". En todo caso dijo que la solución no puede pasar porque el sector público entre a formar parte del capital de esas empresas.

Del Rosal añadió que si las condiciones en otra localización son mejores, "difícilmente la política pública va a poder compensarlo". Por otro lado, recordó que en general, las ayudas al funcionamiento no están permitida por la política de la competencia española y comunitaria, además del marco general de la Organización Mundial del Comercio (OMC)

Para el profesor Blanco, los poderes públicos deben acudir en ayuda de los trabajadores directamente afectados por estos procesos, pero no de los empleos. Recordó que recientemente se ha creado en la UE el denominado fondo europeo de ajuste a la globalización (FEG) que "debería adaptarse financieramente a las necesidades que vayan surgiendo", por ejemplo, en conflictos como el de Delphy.

ORIGEN DE LAS DESLOCALIZACIONES

Blanco comentó que la deslocalización constituye uno de los rasgos de la economía globalizada actual en la que la integración de los mercados, la reducción de los costes de transporte y los avances tecnológicos permiten fragmentar los procesos de producción.

Los dos profesores de Economía Aplicada coincidieron en la dificultad de enfrentarse a esos procesos, dado que responden a las reglas de juego propias de una economía de mercado abierta al exterior. Blanco matizó que lo que sí pueden hacer los gobiernos es contribuir a que un determinado territorio sea más atractivo para la generación y atracción de actividades productivas. "Una política dura de penalización de las deslocalizaciones podría desincentivar futuras localizaciones de otras actividades", afirmó Blanco.

Coincidieron en señalar que a veces se magnifican estos procesos y Blanco señaló que algunos estudios recientes de la Unión Europea (UE) estiman que de los empleos perdidos por reestructuraciones en la UE-25 en el periodo 2002-05, sólo el 6% se deben a procesos de deslocalización.

En cuanto a los sectores que pueden ser afectados por las deslocalizaciones, Del Rosal señaló que hasta ahora han sido los de manufacturas (elaboración de bienes industriales), pero que también aumentará en los sectores de servicios. Adelantó que en los países desarrollados, las actividades intensivas "en mano de obra poco cualificada" serán las más afectadas.

Blanco señaló que en el caso de manufacturas de intensidades tecnológicas alta y media (electrónica, material de transporte o química), el resultado no siempre es de cierre total, sino de traslado de alguna fase del proceso. Sin embargo, comentó que en sectores de intensidad tecnológica baja como el textil, los juguetes o la alimentación predominan más los "cierres totales".

Por lo que se refiere a Asturias, Del Rosal no descartó que el fenómeno "afecte de forma cercana" pero eludió precisar más sobre el asunto. También Blanco dijo "no creer que la comunidad esté más o menos expuesta que otras regiones españolas". "Cada mercado y cada empresa tienen demasiadas especificidades y además éstas cambian continuamente", concluyo éste.

ALTERNATIVAS

Como alternativas a estas situaciones, De la Rosa apuntó la necesidad de apostar por el I+D+i. "Aunque a corto plazo no se pueden garantizar resultados, a largo plazo no hay mejores políticas industriales que el fomento de la innovación, la inversión en formación y la generación de empresas con vocación exterior.

De igual manera se expresó Javier Blanco quien aseguró que "las políticas de aumento de la productividad o regularizaciones públicas más eficientes son las adecuadas para que una economía pueda absorber sin traumas este tipo de deslocalizaciones"

ASPECTOS POSITIVOS DE LA GLOBALIZACION

Pese al riesgo de que se produzcan estos fenómenos, los dos economistas advirtieron de las consecuencias de un excesivo intervencionismo para impedir la marcha de las empresas. "La peor respuesta sería la vuelta a la protección frente a la globalización", dijo Del Rosal. El profesor admitió que la globalización puede dar "problemas a corto plazo, como es la deslocalización, pero también contribuye a nuestro bienestar". En este caso, puso como ejemplo la empresa Inditex que "da empleo a varias decenas de miles de españoles" y es un caso de "empresa perfectamente adaptada a la globalización: produce y vende en muchos países".

Para Javier Blanco, la "globalización, aunque comporta algunos costes o riesgos, constituye un motor de desarrollo y oportunidades cuando se analiza un poco más allá del corto plazo".