Las coronas de la imagen de la Virgen del Mar, donadas a la parroquia de San Román

Europa Press Cantabria
Actualizado: martes, 29 abril 2008 18:23
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   SANTANDER, 29 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El obispo de Santander, Monseñor Vicente Jiménez Zamora, ha presidido un acto por el cual las coronas que portan la talla de Nuestra Señora de la Virgen del Mar y el Niño, han sido donadas, formal y públicamente, por el artesano joyero, Ramón Prieto Prado, a favor de la parroquia de San Román de la Llanilla.

   La recepción de las obras fue muy sencilla y se celebró en el interior de la ermita de la Virgen del Mar con la presencia del párroco, José Luís Tejería Ruiz y del Consejo pastoral parroquial, compuesto por varios fieles.

   El artesano, el santanderino, Ramón Prieto Prado, se sintió "muy dichoso y emocionado" tras entregar las coronas al obispo y a la comunidad parroquial, y recordó que fueron labradas por él con motivo de la coronación canónica de la Virgen del Mar, que se celebró durante una eucaristía multitudinaria oficiada en la campa de la isla, el 25 de junio de 2005. La celebración se encuadró en el Año Diocesano y Mariano (2004-2005), fechas en que se conmemoró los 250 años de la Creación de la Diócesis de Santander y los 400 de la aparición de Nuestra Señora de la Bien Aparecida.

   El obispo de Santander recordó que "el autor y artesano, no sólo es el artífice de estas obras, sino también un amante de la Virgen por lo que ha querido donar estas coronas a este Santuario, desde un corazón agradecido".

   Por su parte Ramón Prieto Prado dedicó un "recuerdo cariñoso y agradecido" para el antiguo párroco de San Román, Abraham Arroyo, así como para el fraile José María Cavia, ambos ya fallecidos, "ya que en sus corazones se comenzaron a gestar estas coronas", subrayó.

   El autor elaboró las dos coronas "durante años" y las culminó para cumplir una promesa; "un proyecto al que yo al principio me resistí por la dificultad que entrañaba este trabajo artesano de joyería", reconoció.

   Las coronas para la Virgen del Mar y del Niño que porta en sus brazos, fueron diseñadas en su totalidad por el autor, y están elaboradas en plata, oro blanco con incrustaciones de zafiros. En referencia a su ejecución, Ramón Prieto destacó que "lo que comencé con mis manos y mi cabeza, al final, tocó también mi corazón; por eso manifiesto una especial devoción por la Virgen, en esta advocación de Nuestra Señora del Mar", señaló.

   Por su parte el párroco de San Román de la Llanilla, José Luís Tejería Ruiz, expresó al autor durante el acto su "gratitud por tu arte, generosidad; por tu persona y por tu amistad. Estas coronas yo las recibo en nombre de la parroquia y de esta ermita, para que sean un signo de nuestra piedad y amor a María y a su Hijo y para que sean también un signo para esforzarnos en el ejercicio de la caridad hacia los demás", porque sin ello, estas coronas, no valdrían nada", resaltó.

   El obispo de Santander, concluyó el acto "con mi gratitud para el artesano joyero Ramón Prieto Prado, porque ha sabido plasmar con lo mejor de su saber y de su corazón las coronas del Hijo y de la Madre. La realeza de María -agregó- es sólo para el servicio hacia los demás, como son los pobres, los que sufren o los necesitados".

   Asimismo el prelado recordó que cuando la Iglesia corona canónicamente a una imagen de la Virgen, "tiene que tener primero esa imagen una raigambre en el pueblo y estar en un santuario que sea centro de vida cristiana, de espiritualidad profunda y de renovación pastoral".

   Por último destacó que "la verdadera devoción a María, no consiste en un afecto estéril, ni en una vana credulidad; procede de la fe verdadera por la que somos conducidos a amarla y a imitarla", concluyó el prelado.

   CORONACIÓN SOCIAL

   Nuestra Señora de la Virgen del Mar recibió la Coronación Canónica el 25 de junio de 2005. Con esta distinción, el Santuario fue reconocido también como un centro de espiritualidad, como un lugar digno de peregrinación y del origen de un movimiento apostólico de consideración para la Iglesia.

   El día de la Coronación, el entonces obispo de Santander, Monseñor José Vilaplana, impuso una corona al Niño que la Virgen del Mar sujeta con su brazo y después fue colocada una segunda sobre la imagen de María, que se trata de una talla gótica de finales del siglo XIII o principios del XIV.

   En aquella solemnidad se organizó también un gesto solidario mediante una Corona Social. El obispo de Santander, quiso que con la colecta de aquella jornada, fueran becadas doce niñas de Sri Lanka que quedaron huérfanas, como consecuencia del maremoto que asoló el Sudeste Asiático en diciembre de 2004. Fueron doce niñas en representación de cada una de las tantas estrellas que figuran en la corona de María.


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