Ibáñez aboga por "mirar al futuro" tras el atentado de Santoña y subraya que Cantabria no baja la guardia contra ETA

Actualizado: domingo, 28 septiembre 2008 15:59

Destaca la "capacidad de comunicar y entender la vida" de la viuda del brigada asesinado

SANTANDER, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

El delegado del Gobierno en Cantabria, el santoñés Agustín Ibáñez, cree que después del atentado del pasado lunes en Santoña hay que "mirar al futuro", seguir adelante y recuperar la normalidad, aunque reconoce que la región es un objetivo habitual de ETA y, por ello, no se baja en ningún momento la guardia.

En una entrevista en RNE, recogida por Europa Press, Ibáñez recordó hoy cómo vivió hace ahora casi una semana el atentado con coche bomba en la calle Almirante Carrero Blanco que, además de provocar la muerte del brigada del Ejército de Tierra Luis Conde de la Cruz, dejó varios heridos, dos de ellos graves, y cuantiosos daños en la zona, en especial en el Patronato Militar Virgen del Puerto.

Para Ibáñez, el lunes fue un día triste que comparó con el del naufragio del pesquero santoñés Nuevo Pilín, que se hundió con sus cinco tripulantes a bordo en noviembre del año 2004.

Según dijo, tras el atentado vio "muchas caras de tristeza" y "mucha sensación de frustración". Sobre todo, vio un pueblo "triste y humillado" en la concentración de repulsa convocada la misma tarde del lunes y en ese momento tuvo claro que era el momento de empezar a mirar el futuro y no volver atrás.

El delegado del Gobierno aseguró que el atentado no le cogió por "sorpresa", porque es algo que siempre tiene "en mente", pero en esta ocasión pensaba más en la posibilidad de una bomba lapa y, por eso días antes en una reunión de evaluación con la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía habían insistido precisamente en eso, en que los agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en Cantabria estén alerta.

"Yo también lo he sufrido cuando era administrador del centro penitenciario de El Dueso. Tienes que tener mucho orden y disciplina para todos los días antes de salir agacharte y mirar debajo del coche, porque si ellos ven que tú en algún momento no lo haces, eres uno de los candidatos", explicó Ibáñez.

"TODOS LOS AÑOS NOS TOCA"

Según dijo, el "mayor problema" que le quita el sueño es el terrorismo porque, además, "la estadística es demoledora" e indica que en Cantabria "todos los años nos toca", por eso no se baja la guardia "en absoluto".

El delegado reconoció que la cercanía con Euskadi y la presencia de muchos ciudadanos vascos que viven en Cantabria ofrece a los terroristas "un marco" para "vivir y pasar más desapercibidos" en la región, pero los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado "están permanentemente efectuando todo tipo de controles".

Así, puso el ejemplo de la detención en julio del pasado año en la estación de autobuses de Santander del etarra Aritz Arginzoniz, que no fue algo "casual", sino que responde a la labor de Policía y Guardia Civil que "están preparados" y saben cómo conocer "los movimientos de la banda terrorista ETA".

ATENCIÓN A VÍCTIMAS Y AFECTADOS

La noticia del atentado de Santoña le llegó a Ibáñez nada más acostarse. Sonó el teléfono y ya comprendió que "había pasado algo grave". En principio le comunicaron el aviso de bomba y de camino a Santoña se enteró de la explosión y su trágico resultado.

Al llegar a la villa y salir del coche lo primero que pisó fue un hierro, de alrededor de un kilo, y se preocupó aún más al percatarse de la magnitud de la explosión, que dejó el coche "desintegrado" y restos esparcidos "en un radio amplísimo".

Después, su principal empeño fue apoyar a los afectados, entre ellos la viuda del brigada fallecido, una mujer que, según dice, "tiene una capacidad de comunicar y entender la vida" que le dejó "asombrado". También estuvo con el hijo del matrimonio, con los heridos y con los demás afectados.

Tal como relató, había mucha gente que no sabía adónde dirigirse, y por eso a las nueve de la mañana del mismo lunes se abrió ya la oficina de atención a los damnificados.