Un informe advierte que para recolonizar el quebrantahuesos en Picos de Europa hay que erradicar el uso de tóxicos

Actualizado: martes, 18 abril 2006 12:57

Alerta también del impacto del uso de veneno en la población de oso pardo

SANTANDER, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un informe que publica el último número de la revista Ambienta, del Ministerio de Medio Ambiente, advierte que para garantizar el éxito de la recolonización natural del quebrantahuesos en los Picos de Europa, deben de intensificarse los esfuerzos para erradicar la práctica del uso de tóxicos para provocar la muerte de especies silvestres, sea intencionada o accidentalmente, en esta Cordillera y en el corredor que la une a los Pirineos.

El informe, elaborado por Benigno Varillas y Mauro Hernández, coordinadores de la Estrategia Nacional Contra el Uso Ilegal de Cebos Envenenados en el Medio Natural, y recogido por Europa Press, apunta que un buen referente en esta tarea puede ser el trabajo que se está desarrollando en el marco del proyecto LIFE para la reintroducción del quebrantahuesos en Cazorla.

Explica en concreto que en el marco del proyecto LIFE para la reintroducción del quebrantahuesos en Cazorla, se está utilizando una novedosa técnica de la localización de cadáveres y cebos utilizando perros adiestrados. El éxito de la iniciativa ha sido tal, que numerosas Comunidades están solicitando la utilización de la patrulla de perros adiestrados para rastrear las zonas conflictivas.

Un informe que recopila los casos de animales intoxicados en la Cordillera Cantábrica (abarcando regiones de las Comunidades Autónomas de Asturias, Cantabria, Castilla y León, País Vasco, Navarra y La Rioja) entre los años 1995 y 2005, realizada para el Grupo de Trabajo de Quebrantahuesos, permite visualizar cómo muchos lugares donde se han recogido citas de avistamiento de estos animales en sus movimientos dispersivos, se han registrado episodios de intoxicación de fauna silvestre.

Así, el informe indica que en el periodo analizado murieron en esas zonas 1.152 animales envenenados, de los que un 30,6% eran buitres leonados. Si bien no se encontró ningún quebrantahuesos que muriera por veneno en esa zona, el estudio advierte de la necesidad de intensificar los esfuerzos por erradicar el uso de tóxicos.

OSO PARDO

Por otro lado, el informe señala que la aparición de un oso envenenado el pasado 2 de septiembre en las montañas del norte de Palencia, desató la alarma sobre el impacto del uso de veneno en la población de oso pardo.

Así, destaca que en los últimos cinco años ya han aparecido cinco casos de envenenamiento de oso pardo en Asturias y Castilla y León y la Fundación Oso Pardo ha realizado cursos de formación para los Guardas de sus Patrullas Oso específicamente orientados a la localización y detección de estas prácticas y a la actuación legal en los casos de veneno.

Añade que Castilla y León sufre este problema también en otras zonas de su extenso territorio, uno de los más ricos en fauna silvestre de todo el Estado español y, por tanto, donde más posibilidades hay de que mueran por uso de veneno especies que en otros territorios hace tiempo fueron exterminadas.

Indica no obstante que esta Comunidad ha sido pionera en la aplicación de la Ley 4/89 que permite el cierre cautelar de los cotos en los casos de envenenamiento. Igualmente está trabajando en medidas de sensibilización y mejora de su capacidad de control y seguimiento de este problema.

USO DEL VENENO Según recoge el estudio publicado por Ambienta, aunque los motivos del uso ilegal de veneno estaban, al principio, muy ligados a la gestión cinegética, en los últimos años se ha generalizado, de forma "preocupante", a otras actividades en el ámbito rural.

En particular --señala-- ha habido un "alarmante incremento" del uso ilegal de veneno como método de protección de la ganadería extensiva frente a los ataques de predadores.

Así, la evolución poblacional del lobo en el Norte de España ha ido ligada a la aparición de episodios de envenenamiento, de forma que la ganadería está cobrando una importancia en la problemática tal, que casi es equiparable a la gestión cinegética. Aunque en muchos de estos ataques son los perros cimarrones y no los lobos los responsables, añade el estudio.