TOLEDO, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) ha retirado once toneladas de amianto del cauce del arroyo Ramabujas en Toledo en tres intervenciones, ejecutando de forma subsidiaria la obligación de retirada del dominio público hidráulico impuesta a los titulares de tres fincas colindantes con el arroyo, que han sido objeto de expediente sancionador por ocupación del cauce.
Así lo ha explicado su presidente, Miguel Antolín, que, acompañado del delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, se ha reunido con representantes de asociaciones vecinales y colectivos sociales para explicarles los trabajos de retirada de amianto hechos por la Confederación.
"Si hubiera algún desprendimiento más al arroyo lo retiraremos", ha sentenciado Antolín, quien ha dicho que la Confederación "no puede actuar más allá". Igualmente, ha asegurado que pueden aparecer nuevos afloramientos de amianto en el propio cauce, en cuyo caso, ha dicho, el Organismo de cuenca volverá a intervenir.
Antolín ha recordado que actualmente se está negociando un texto de consenso en la comisión técnica del amianto que promueve el Ayuntamiento de Toledo, de la que forma parte Confederación y la Junta de Castilla-La Mancha.
En este sentido, el Organismo de cuenca está esperando que se tengan en cuenta sus propuestas, que están relacionadas con la relación de las actuaciones llevadas a cabo hasta la fecha por las distintas administraciones, la inclusión en el análisis de la comisión de todos los yacimientos existentes y la precisión de los cargos y responsabilidades administrativas de los miembros de la comisión.
La Confederación Hidrográfica del Tajo, como se dice en el borrador de texto de conclusiones que propone, es partidaria de retirar todos los restos de amianto existentes y, en cualquier caso, la eliminación de los restos ubicados en zonas contiguas al cauce y concretamente en la zona de servidumbre (5 metros a cada lado del cauce).
Más allá de esta zona, si la comisión optara por una cubrición, Confederación exigirá unos taludes de pendiente máxima 1:3 para evitar nuevos desprendimientos al cauce.
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