SEGOVIA, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Alcázar de Segovia ha puesto a prueba un año más su sistema de autoprotección contra indencios coincidiendo con la cercanía al 6 de marzo, cuando se cumple el aniversario del fuego que causó daños en la fortaleza en 1862.
El simulacro de incendio llevado a cabo este año ha supuesto la puesta a prueba de la nueva red exterior de protección contra incendios, cuya construcción se ha llevado a cabo en los dos últimos años y que ya está lista para ser utilizada en la lucha ante una hipotética emergencia.
Para poner a prueba esta nueva instalación, el desarrollo del simulacro de 2021 se ha visto alterado con respecto a los ejercicios llevados a cabo en años anteriores, de modo que la emergencia se ha trasladado del interior al exterior del Alcázar, concretamente a los parques norte y sur.
El simulacro, en el que han participado los Bomberos de la capital, la Policía Local, la Unidad de Emergencias Sanitarias del 112 y el personal del Archivo General Militar y del propio Patronato del Alcázar, se ha originado por una serie de accidentes en el curso de unas tareas de mantenimiento de los parques, concretamente en una masa vegetal en la vertiente del parque norte y en el parque sur.
El incendio se ha propagado a gran velocidad, generando una línea de fuego imposible de sofocar por los medios propios, lo que ha hecho necesario que el vigilante de Seguridad ponga en marcha el operativo dando aviso a través del 112 a bomberos, ambulancia y servicio médico. A su vez ha comenzado el operativo de evacuación del edificio en el que dos personas heridas deben ser rescatas y atendidas.
En 24 minutos ha finalizado la intervención y se ha comprobado el estado de la instalación contra incendios con el que está dotado el monumento, con un resultado positivo.
MEDIOS HUMANOS
En total, 63 personas entre trabajadores del Alcázar y del Archivo Militar, Bomberos, Policía Local, personal sanitario y visitantes, han participado en este simulacro del que han sido testigos, un año más, la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, acompañada de la concejala de Seguridad, Raquel de Frutos, junto al Director del Archivo General Militar, Javier Alonso Herranz y el Teniente de Alcaide Ángel Manuel Borao.
Con ellos han estado el intendente-jefe de la Policía Local, Julio Rodríguez, y el jefe del servicio de Extinción de Incendios, José Luis del Pozo.
A los agentes les ha correspondido regular el tráfico y facilitar el paso de los vehículos de emergencia, y a los bomberos (siete de distintas categorías profesionales) sofocar las llamas utilizando dos vehículos-bomba urbanas ligeras desplazadas hasta el jardín de la Reina Victoria Eugenia.
Según ha informado el Patronato del Alcázar, la red de protección que, desde lo alto del peñón, permite lanzar agua a gran distancia, fue diseñada por el servicio municipal de extinción y prevención de incendios y hoy, tras más de un año de obras, es una realidad.
Dispone de un sistema de hidrantes distribuidos por los costados norte y sur de la plaza de la Reina Victoria Eugenia, por el Jardín de Carlos III y por el adarve sur del Alcázar, hasta la misma proa del monumento.
Además, un ramal de dicha red ha permitido la instalación de un hidrante en el corazón mismo del Alcázar, en el patio de Armas, que servirá de apoyo a los sistemas de columna seca con las que ya contaba el edificio.
NUEVO ALJIBE
La instalación se completa con un nuevo aljibe de 166 metros cúbicos emplazado en el jardín de la Fruta y su conexión con el ya existente en la plazuela, de 106 m3, de modo que ambas cisternas son capaces de funcionar en red, como una sola.
Para optimizar la capacidad de llenado de los aljibes, la presión y alcance de los hidrantes, así como para garantizar la capacidad de reacción ante un incendio, la obra ha incluido la ampliación del tamaño de la acometida de agua de la red.
También se ha instalado una tubería auxiliar que, ante una hipotética interrupción del suministro de agua municipal, permite el llenado de los aljibes desde camiones cisterna emplazados en la ronda de Juan II.
Se trata de una instalación que, según el Patronato, como ha quedado probado tras el simulacro, facilita la lucha contra incendios no solo en el monumento, sino también en su entorno natural, y que, por tanto, redunda en una mayor seguridad en una zona especialmente sensible de Segovia como es el peñón rocoso bajo el que confluyen los ríos Eresma y Clamores.
