Central de Garoña
FORO NUCLEAR
Actualizado: lunes, 14 marzo 2011 15:39

BRUSELAS/VALLADOLID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea ha rechazado este lunes que reactores de agua en ebullición como los que se han visto afectado por varias explosiones en Fukushima y similares a los que operan las centrales nucleares de Cofrentes en Valencia y de Santa María Garoña en Burgos sean "menos seguras" que las centrales que utilizan otro tipo de tecnología para su reactor.

"Este tipo de tecnología se emplea en España y Suiza. Que el accidente se produjera en un reactor de agua en ebullición no constituye ninguna indicación de que esta tecnología sea menos segura que otras", ha explicado una fuente experta del Ejecutivo comunitario.

Además de en sendas unidades de las plantas en Cofrentes y Santa María de Garoña, el Ejecutivo comunitario ha confirmado que en Suiza operan otras dos centrales nucleares con reactores de agua en ebullición, en contraposición con los reactores de agua a presión. "No hay absolutamente ninguna indicación de que una tecnología es más segura que otra", ha incidido la fuerte experta comunitaria.

Los Estados miembros son los competentes para decidir si prolongan o no la vida de las centrales nucleares en sus respectivos territorios, teniendo en cuenta que los primeros responsables de la seguridad de las centrales son los operadores de las plantas que obtienen las licencias. La decisión de producir o no energía nuclear en última instancia es competencia nacional de los Estados miembros.

Si la decisión de prolongar la vida útil de una central nuclear, que en Europa se suele prolongar entre 30 y 40 años está ligada a grandes proyectos de inversión de mejora de las instalaciones, como suele ocurrir de manera frecuente éstos deben notificarse a la Comisión Europea para que emita su opinión no vinculante.

A pesar de que la decisión no era jurídicamente vinculante, los Estados miembros pueden enfrentarse a "consecuencias económicas" si no respetan las recomendaciones de inversión del Ejecutivo comunitario atendiendo a "motivos de seguridad", dado que la directiva marco comunitaria sobre la seguridad nuclear recoge "los estándares mínimos de seguridad" internacionales para operar las centrales, han confirmado fuentes del Ejecutivo comunitario.

En línea con los expertos nucleares internacionales, los expertos en Europa evalúan la posibilidad de ampliar hasta los 60 años la vida nuclear de las plantas, tal y como ya se ha autorizado en Estados Unidos, donde ya se estudia la posibilidad de alargar incluso más este plazo.

Fuentes del Ejecutivo comunitario reconocen que en los Estados miembros varía la manera de operar las centrales. Generalmente se conceden licencias de entre 30 y 40 años de vida útil de las centrales con opción de prolongar, mientras que en otros Estados miembros se aprueban licencias de 10 años, que se renuevan por otro periodo de 10 años siempre y cuando las centrales cumplan los requisitos técnicos de seguridad para ello.

El volumen de energía nuclear producida en Europa se mantiene estable en la actualidad, aunque para 2030 el Ejecutivo comunitario cree que su nivel bajará si no se impulsan nuevos planes para construir nuevas centrales, admiten fuentes expertas comunitarias.

Finlandia y Francia tienen intención de construir nuevas centrales en sus respectivos territorios, Reino Unido está en proceso de finalizar la aprobación de nuevos diseños de centrales, mientras que Suecia ya ha autorizado a construir nuevas plantas en los emplazamientos que albergan centrales viejas, una vez concluyan su vida útil, según fuentes del Ejecutivo comunitario.

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