Dos investigadores de Valladolid demuestran que el descenso de una proteína en una mosca causa envejecimiento prematuro

Actualizado: viernes, 16 febrero 2007 14:29

VALLADOLID, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los investigadores del Instituto de Biología y Genética Molecular (IGBM) de la Universidad de Valladolid, Diego Sánchez y María Dolores Ganfornina, en colaboración con el científico norteamericano Seymour Benzer, comprobaron, a través de diversos experimentos, que el descenso de una proteína en una mosca causa envejecimiento prematuro, según los datos facilitados a Europa Press por fuentes universitarias.

Estos mismos resultados se están obteniendo con los ratones, por lo que el siguiente paso podría ser la experimentación humana, especialmente dirigida a las enfermedades neurodegenerativas

Los descubrimientos, publicados en la revista Current Biology, de dos investigadores del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de la Universidad de Valladolid, se obtuvieron con la manipulación de un gen de una proteína, a la que llamaron "lazarillo", en la mosca Drosophila o del vinagre, lo que abre una puerta "a futuros tratamientos de las enfermedades neurodegenerativas, cuya factor común es la oxidación de las células".

Asimismo, comprobaron que disminuyendo la cantidad de "lazarillo" en la mosca provoca "un envejecimiento prematuro, problemas degenerativos y estrés oxidativo", según explicó María Dolores Ganfornina. Si esta mosca tiene una media de vida de sesenta días, con el descenso de esta proteína su vida muere diez días.

Este trabajo se complementó con las investigaciones que en esta misma línea desarrolla el equipo que dirige Seymour Benzer, descubridor de la estructura del primer gen, cuyo experimento ha consistido en hacer lo contrario, "incrementar el número de proteínas, cuya consecuencia es la prolongación de su vida en veinte días más".

Los resultados de ambos grupos se complementan, ya que demuestran el poder de esta proteína de acelerar o desacelerar el envejecimiento celular.

Tras este hallazgo, estos dos investigadores, se encuentran en la segunda fase que es la experimentación con ratones, y han demostrado - los resultados aún no han sido publicados- que siguen el mismo comportamiento, aunque en este caso, y dado que un ratón vive tres años y una mosca 60 días, han tenido que acelerar su envejecimiento para comprobar estos resultados.

"En un año o dos, de continuar con estos hallazgos -explicó Ganfornina- podríamos empezar con la fase de experimentación humana". En este terreno, estos dos científicos se orientan a su posible aplicación en las enfermedades neurodegenerativas, especialmente la ataxia (enfermedad poco común que provoca un descontrol de los movimientos voluntarios), ya que está provocada por una oxidación de las células y la manipulación de esta proteína, al aumentarla, podría ayudar a controlar el proceso de oxidación y la degeneración celular.

Para tal fin ya han iniciado un estudio para conocer qué cantidad de "lazarillos" tienen estos enfermos de cara al posible uso terapéutico, una vez se obtengan los resultados con los ratones.