PSOE pide las dimisiones del alcalde y el concejal de Seguridad de Burgos por el "cerrojazo" del Ayuntamiento

BURGOS 17 May. (EUROPA PRESS) -

El portavoz del Grupo Municipal Socialista, Luis Escribano, ha pedido este viernes las dimisiones del alcalde de la capital burgalesa, Javier Lacalle, y del concejal de Seguridad Ciudadana, Salvador de Foronda, por el "cerrojazo" del Ayuntamiento de Burgos, durante la sesión plenaria del 10 de mayo.

"La responsabilidad política, clara y rotunda, recae en el alcalde y el concejal de Seguridad", ha aseverado Escribano en declaraciones recogidas por Europa Press, antes de añadir que "tienen la obligación de dimitir".

En este sentido, ha explicado que, tras la celebración de la comisión extraordinaria de Hacienda para esclarecer lo sucedido, el PSOE considera que el cierre total del Ayuntamiento de Burgos, durante al menos 50 minutos, es el hecho "más grave" de cuantos se sucedieron el día del Pleno Municipal.

Asimismo, ha calificado de "muy defectuoso" y "auténtico desastre" el operativo especial dispuesto ese día para evitar la entrada de los policías que, de paisano, se manifestaron a las puertas consistoriales para exigir una solución a su conflicto laboral.

Pese a ello, ha exculpado al intendente de la Policía Local, Fernando Sedano, de todo lo ocurrido, aunque ha considerado que tanto su actuación, como sus decisiones, fueron "equivocadas", por lo que ha instado al equipo de Gobierno local a incoar un expediente administrativo sobre él, "si creen que es el responsable".

Por otra parte, ha mostrado malestar por el hecho de que las convocatorias extraordinarias de Hacienda y Personal, ambas solicitadas por el Grupo Municipal Socialista para aclarar los hechos, se hayan solapado en el tiempo, por lo que ha confiado en que la comisión de Personal, a la que no han asistido miembros de la oposición por encontrarse en la de Hacienda, pueda repetirse para que asista a ella la oposición.

Cabe recordar que las puertas del Ayuntamiento de Burgos permanecieron cerradas durante parte de la mañana del 10 de mayo impidiendo la entrada y salida de personas de las instalaciones municipales, mientras un grupo de policías se manifestaba en la Plaza Mayor.

Desde el Sindicato Profesional de Policías de España en Castilla y León se calificó el despliegue como "desmedido", a la vez que se denunció el precinto de las puertas de emergencia de la Casa Consistorial, con el consiguiente riesgo que ello conllevó.