VALLADOLID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
Renfe alcanzó la cifra de 6,73 millones de viajeros en los trenes de Servicio Público en Castilla y León durante el ejercicio de 2023, cifra que representa un incremento superior al 82 por ciento con respecto al año 2022, según los datos provisionales de cierre del año.
Los servicios públicos que Renfe presta en la región incluyen los trenes de Media Distancia, los de Cercanías Ancho Métrico y los trenes Avant, así como las nuevas relaciones de Obligación de Servicio Público (OSP) prestadas sobre la red de alta velocidad, para las que los viajeros recurrentes pueden desplazarse con abonos Avant.
En total, 3,5 millones de clientes utilizaron el año pasado los servicios de los corredores Avant de Castilla y León, incluidas las nuevas relaciones OSP en trayectos de la red de alta velocidad. Esta cifra supone un aumento del 78% con respecto a los datos de 2022.
Cabe destacar que en 2023 el servicio Avant Valladolid-Segovia-Madrid fue el más demando de todos los prestados por Renfe como media distancia alta velocidad a nivel nacional, con más de 2,7 millones de viajeros, un incremento del 47 por ciento con respecto al año pasado.
Además, más de 3 millones de viajeros corresponden a los servicios de Media Distancia Convencional, lo que representa un incremento del 91 por ciento con respecto a los datos de 2022.
La línea de Cercanías Ancho Métrico León-Guardo también experimentó un crecimiento del 35 por ciento, rozando los 150.000 usuarios.
ABONOS GRATUITOS
Esta tendencia al alza en el número de usuarios indica la confianza en el tren como medio de transporte público en Castilla y León, coincidiendo con la implantación de los abonos gratuitos para viajeros en Cercanías y Media Distancia desde septiembre de 2022, y de los bonos Avant bonificados al 50 por ciento, a los que la Junta de Castilla y León suma otro 25 por ciento más de descuento para personas empadronadas en la región.
El transporte de estos 6,7 millones de viajeros en los trenes de Renfe ha permitido evitar la emisión de 1.036 toneladas de C02 a la atmósfera, lo que equivaldría al consumo de casi 443.000 litros de gasolina si ese transporte se hubiera realizado por carretera y la circulación de 4,5 millones de vehículos privados.
