Salamanca acoge desde el miércoles una muestra de obras de Van Dyck, Ribera, Mantegna o el Greco del Museo Capodimonte

Actualizado: martes, 11 abril 2006 17:35

SALAMANCA, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Sala de exposiciones de Caja Duero ubicada en la Plaza San Boal de Salamanca acogerá desde el miércoles y hasta el 28 de mayo una selección de obras maestras del Museo Capodimonte de Nápoles entre las que figuran las de nombres como Van Dyck, Ribera, Mantegna, el Greco Tiziano o Joli.

Según informaron a Europa Press fuentes de la entidad de ahorro, en la selección que se exhibe en Salamanca se puede contemplar un "entramado de influencias históricas y artísticas" de la mano de diferentes creadores europeos --italianos, franceses, españoles o procedentes de Flandes-- que a la vez muestran su "sintonía" con la pintura de otros grandes maestros como Miguel Angel o Bernini.

"En esta muestra encontramos la convivencia entre la pintura y la poesía, entre la pintura y la vida. Están presentes el hortus conclusus y la urbe, la naturaleza y las vivencias de interiores humanizados o populares", señalaron las mismas fuentes.

De este modo, la exposición alberga tanto imágenes representativas de la mitología clásica y de la historia sagrada como crónicas de la vida social y naturalezas muertas que a su vez abarcan un "amplio periodo cronológico" que parte de una 'Santa Eufemia' de Mantegna de 1454 a un retrato de Calliano de 1813.

Este repaso cronológico permite conocer las "nuevas visiones" y los gustos de capa etapa ya que las obras, fruto de la "sensibilidad cultural" de mecenas, monarcas y familias, "resumen decisiones políticas o religiosas, tendencias artísticas de cada momento y un sinfín de simbologías paganas o religiosas".

El origen del Museo Capodimonte se remonta a la colección de arte de los Farnese, una de las sagas más poderosas de la Italia del XVI aunque la ampliación correría de la mano de Carlos de Borbón, quien instalaría los fondos en el actual edificio, situado en la colina de Capodimonte.

En la época en la que Fernando IV relevó a su padre en Nápoles tras su ascenso al trono en España como Carlos III, la colección creció y comenzó a hacerse famosa, entre otros, por los viajes que escritores, intelectuales y artistas hacían a los yacimientos arqueológicos de Pompeya y Herculano y por los viajeros del Gran Tour.

El espacio artístico sobrevivió al paso de Napoleón aunque con la "contraofensiva" de los Borbones parte las obras fueron trasladadas por los galos a la Iglesia de San Luis de los Franceses en Roma y a París, pero fueron en parte recuperadas por Fernando IV.

Un cambio de nombre y la recuperación en Austria tras la Segunda Guerra Mundial de algunas de las obras que fueron saqueadas por las tropas nazis marcaron parte de la historia de este museo, que finalmente abrió al público en 1957 aunque desde ese año ha sido reestructurado y modernizado.

"Un museo ubicado en una ciudad cosmopolita y no sólo vinculada a nuestro país por una común herencia de la Antigüedad grecolatina, sino por las diferentes figuras de nuestra Monarquía instalada allí, la cual contribuyó a que los lazos políticos y culturales quedaran establecidos durante mucho tiempo", apuntaron desde Caja Duero.