Sucesos.- Desarticulada una red dedicada al robo de vehículos y a la estafa a compañías de seguros con 13 detenidos

Actualizado: viernes, 16 febrero 2007 13:17

ÁVILA, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Operación Golfito, desarrollada en las provincias de Ávila, Madrid y Toledo por la Guardia Civil de Ávila, desarticuló una organización dedicada al robo de vehículos y a la estafa a compañías de seguros, de las que obtenía grandes cantidades de dinero en concepto de siniestros o robos simulados, y logró detener a 13 miembros de la red y recuperar 40 coches.

Según informó hoy el instituto armado, los 13 detenidos son presuntos autores de delitos relacionados con robos de vehículos, estafa, falsedad documental, receptación y tráfico de drogas, y en los siete registros en domicilios y garajes se recuperaron 40 vehículos robados, entre turismos, motos, vehículos todo terreno y camiones, si bien el operativo se mantiene abierto y no se descartan nuevas detenciones.

La red desmantelaba vehículos de alta gama que luego vendía después de realizar manipulaciones que dificultaban su identificación.

A la vez, adquirían turismos nuevos que aseguraban a todo riesgo y, después de denunciar su falsa desaparición, los desguazaban abandonando los chasis en la calle para que una vez encontrados por los agentes, recibieran de las aseguradoras el importe correspondiente por el robo o siniestro, procediendo después al montaje de las piezas, de forma que conservaban el vehículo intacto.

Las investigaciones se iniciaron en agosto de 2006, cuando agentes de la Guardia Civil detectaron que dos jóvenes de Navalperal de Pinares (Ávila) mantenían contactos con otras personas de localidades colindantes que podrían formar parte estar formando parte de una red dedicada al robo y posterior venta de vehículos.

Esta pista permitió comprobar que la organización operaba desde 2001 en las provincias de Madrid y Toledo mediante dos modalidades, ya que por un lado sustraían los vehículos o motocicletas para venderlos o desguazarlos y, por otro, estafaban a las compañías de seguro.

Los integrantes de la banda cometían los robos sobre vehículos de alta gama, rompiendo el bombín para acceder a su interior, y una vez dentro instalaban una centralita de otro turismo de características similares, de manera que el ordenador de a bordo obedecía a las órdenes de la nueva centralita instalada.

Cuando ya habían sido sustraídos los vehículos, eran abandonados en la vía pública tras colocarles placas de matrícula de otro vehículo similar para evitar llamar su atención con lo que, pasado un tiempo prudencial desguazaban el vehículo o alteraban las piezas fundamentales para dificultar su identificación y así ya poderlos poner a la venta.

Para cometer estos hechos, la red contaba con varios grupos de personas, ya que por un lado tenía a los que sustraían los vehículos, que a su vez llevaban delante un vehículo de lanzadera que les informaban de los puntos con semáforos o presencia de posibles controles policiales para poder evitarlos, mientras que otro grupo se encargaba de maquillar los vehículos o motocicletas en talleres, junto a otros encargados de gestionar la retirada de los restos de los vehículos con una grúa, y un cuarto grupo que gestionaban los contactos para transferir los vehículos.

Las estafas a las compañías aseguradoras se realizaban mediante la adquisición de un vehículo nuevo, que aseguraban en un seguro que garantizase entre el 80 y el 100 por ciento de su valor en caso de siniestro, tras lo que llevaban el coche a un taller de confianza donde le quitaban el motor, las puertas, las aletas, las ruedas, los asientos y los paragolpes -entre otras cosas-, cuyos elementos quedaban depositados en el propio taller.

A continuación formulaban una denuncia ante la Guardia Civil o el Cuerpo Nacional de Policía y manifestaban que había sido sustraído hacía dos o tres días, tras lo que trasladaban con una grúa el chasis del vehículo hasta un lugar donde pudiera ser visto por agentes de las fuerzas de seguridad.

Recuperado el vehículo, y examinado por el perito de la compañía aseguradora, iniciaban los trámites para que se abonara el dinero convenido en la póliza por siniestro, no sin dejar de mostrar su interés por hacerse cargo de los restos recuperados, lo que además beneficiaba a la compañía aseguradora.

Una vez en poder de los restos del coche, éstos eran trasladados de nuevo al garaje y se iniciaba el montaje de las piezas previamente retiradas, con lo que el propietario percibía el dinero del siniestro y a la vez recuperaba el vehículo intacto.

Los detenidos en Madrid son LS.M.Y., de 42 años; F.J.A.C., de 22 años; y D.M.Y., de 31 años; y en Toledo G.C.C, de 29 años; R.S.S., de 34 años; R.M.N., de 29 años, y J.L.N., de 22 años.

En Ávila fueron seis los detenidos: A.G.P., de 21 años; P.Y.S., de 25 años; M.A.G.Y., de 31 años; J.L.V.G., de 48 años; M.R.R., de 22 años, y G.Q.G., de 25.

En el transcurso de la operación fueron efectuados siete registros en domicilios y garajes, dando como resultado la intervención de efectos utilizados para la comisión de los delitos.

Las investigaciones de esta operación se iniciaron en el cuartel de la Guardia Civil de Las Navas del Marqués (Ávila), uniéndose después las Unidades de Policía Judicial y el Grupo de Investigación y Apoyo a Tráfico (GIAT) del Subsector de Tráfico de la Comandancia de la Guardia Civil de Ávila.