Tribunales.-Juzgado en Valladolid por conducir ebrio y agarrarse al volante para que la policía no se llevara el coche

Actualizado: lunes, 9 junio 2008 14:25

El fiscal pide para él siete meses de cárcel, multa de 4.320 euros y la retirada del carné por un año y nueve meses

VALLADOLID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid dejó hoy visto para sentencia el juicio celebrado contra un hombre de nacionalidad marroquí, Noureddine T, para quien el Ministerio Fiscal solicitó siete meses de cárcel, multa de 4.320 euros y la retirada del carné de conducir por espacio de un año y nueve meses por delitos de resistencia y contra la seguridad del tráfico, todo ello con motivo de la detención de que fue objeto el 9 de junio de 2007 tras verse implicado en un accidente de tráfico, dar positivo en alcohol y, supuestamente, resistirse a los agentes de la Policía Municipal.

El acusado, sin embargo, pese a reconocer que aquella noche había tomado dos 'cubatas' de JB, aseguró no tener responsabilidad alguna en el accidente con daños materiales sufrido en la confluencia de los paseos de Farnesio y San Vicente y mucho menos que opusiera resistencia.

"Me dijeron que la grúa se iba a llevar mi coche y al meterme para recoger las llaves de casa y unos papeles de la guantera empezaron a gritarme de malas maneras y entre tres agentes me sacaron a golpes", aseguró Noureddine T, quien precisó, en declaraciones recogidas por Europa Press, que a resultas del forcejeo sufrió lesiones en un brazo y un diente.

El automovilista insistió en que en ningún momento trató de hacerse fuerte dentro del coche y se agarrara fuertemente al volante. Al contrario, apuntó que, dado que es segundo dan de Kung Fu, podía haber planteado graves problemas a los agentes, si bien se definió como una "persona que lleva quince años en España y respetuosa con la ley y la policía".

A MORDISCOS.

Por su parte, los agentes que le detuvieron coincidieron al señalar que aquella noche el imputado no sólo no realizó correctamente el test de alcoholemia, ya que "no soplaba con la fuerza suficiente y la prueba quedaba interrumpida", sino que al ser informado de que le iba a ser retirado el coche entró en él "y no hubo manera de que soltara el volante. Incluso nos tiró mordiscos a las manos y los brazos", declaró uno de los policías, quien, junto con otros dos compañeros, logró finalmente, a la fuerza, sacar a Noureddine T. del turismo.

Aunque la prueba de alcoholemia no pudo ser completada, los policías aseguraron que el acusado, cuya abogada defensora solicitó su libre absolución, presentaba signos evidentes de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas, tales como habla pastosa, olor a alcohol y momentos en los que llegó a tambalearse.