UPA-COAG manifiesta su oposición a la fractura hidráulica por los "riesgos ambientales" y para la salud

Manifestación celebrada en Valladolid el pasado mes de febrero.
UPA-COAG
Actualizado: jueves, 24 abril 2014 16:14

VALLADOLID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Alianza UPA-COAG ha manifestado su oposición a la técnica de fractura hidráulica (fracking) para la extracción de gas no convencional en Castilla y León porque consideran que supone "asumir importantes riesgos medioambientales y para la salud" de quienes viven en los pueblos y del modelo de vida de las zonas rurales.

En un comunicado recogido por Europa Press, UPA-COAG h recalcado que "no existe información suficiente" que "desmonte la idea" de que la realización de explosiones en el subsuelo para la ruptura de rocas e inyección de un fluido a elevada presión que contiene agua, arena y productos químicos como benceno, xileno, naftaleno y otros es una técnica "agresiva".

Las consecuencias de la perforación de gas no convencional a través de pozos utilizando arena y "miles de metros cúbicos de agua además de cientos de productos químicos pueden ser nocivas para el medio rural". Por ello, la Alianza ha insistido en recomendar "mucha prudencia" a las administraciones a la hora de permitir que se trabaje de esta manera.

"Están en juego principios básicos como una agricultura y ganadería sostenible, aguas subterráneas limpias y no contaminadas, y el mantenimiento del paisaje y del entorno natural", han aseverado.

Ante las "dudas razonables" sobre los riesgos que supone y "por la falta de información que existe sobre los efectos reales de estas perforaciones", UPA-COAG solicita a las Administraciones que no concedan permisos para iniciar estos trabajos porque consideran que "es muy perjudicial para los pueblos y para el conjunto de ciudadanos que vivimos y trabajamos en el medio rural".

El fluido que se obtiene del fracking tiene una fase de retorno que emerge a la superficie junto al gas y que puede oscilar, según las mismas fuentes, entre el 15 y el 80 por ciento del líquido inyectado, por lo que "la parte no recuperada del fluido permanece en el subsuelo desde donde podría migrar hacia la superficie o hacia los acuíferos".