El acusado de dejar morir a su madre por desnutrición dice que hizo "todo lo que pudo" por ella

Europa Press Catalunya
Actualizado: martes, 6 octubre 2009 19:50

L'HOSPITALET DE LLOBREGAT (BARCELONA), 6 (EUROPA PRESS)

El acusado de dejar morir a su madre por desnutrición afirmó hoy que hizo "todo lo que pudo" por ella, pero que no quería tratarse de su adicción al alcohol y que no salía de casa desde hacía algunas semanas, si bien comía alimentos que él le daba.

La mujer fue encontrada muerta el 15 de mayo de 2006 en el sofá de su domicilio en el barrio del Raval de Barcelona "en condiciones paupérrimas", según el escrito de acusación de la Fiscalía. El piso estaba "insalubre" y tenía cucarachas y ratas, tal y como declararon los Mossos d'Esquadra que entraron en el inmueble el día de los hechos, y los servicios asistenciales que se ocupaban de la familia.

En el juicio que empezó hoy en la Ciutat de la Justícia de L'Hospitalet, Marc L.C. explicó que desconocía que su madre estuviera en tan mal estado de salud, a pesar de que se había negado a hacerse las últimas analíticas. "No sabía que podía pasar esto", dijo, y puntualizó que los médicos de la ambulancia y los servicios sociales acudieron varias veces en abril, por lo que el pensaba que si no se la llevaban era porque la situación "no era de gravedad".

El fiscal pide cuatro años de prisión para Marc L.C. y una indemnización para su abuela de 100.000 euros por un delito de homicidio por imprudencia grave con agravante de parentesco, por dejar morir a su madre de desnutrición.

Marc L.C., que también convivía con su abuela en el piso de la calle Ramelleres, dijo que ésta no quería acudir a una residencia, a pesar de estar muy débil de salud y postrada en una cama, ni le dejaba limpiar el piso, un domicilio que desde que él era pequeño había estado desordenado y sucio.

No obstante, declaró que él sí que limpiaba pero que cuando volvía de trabajar "todo estaba sucio", ya que eran "dejadas". Según él, su abuela le reñía cuando bajaba la basura porque creía que le tiraba documentos. Se trataba de un hogar conflictivo, en el que la madre, alcohólica, se llevaba mal con la abuela, y en algún caso presuntamente la había maltratado.

El acusado, que trabajaba de auxiliar administrativo en el Ayuntamiento de Cornellà (Barcelona) y estudiaba en la Facultad de Económicas, explicó que proporcionaba a su madre y a su abuela comida diariamente y que casi siempre constataba que la ingerían. Ambas tenían dificultades para limpiarse, aunque no lo dejaban a él que lo hiciera.

Según su testimonio, su abuela era muy autoritaria y él se "doblegaba" a su voluntad, por lo que nunca consiguió que aceptaran la ayuda de los servicios sociales, que en pocas ocasiones pudieron acceder al inmueble, donde no dejaban entrar a los servicios de limpieza. Tampoco siguieron las recomendaciones de ir a una residencia y a un centro de desintoxicación, respectivamente.

De las declaraciones de los trabajadores sociales se desprende que el acusado colaboró en ocasiones con ellos, pero que era "pasivo", y algunas vecinas aseguraron que en la familia, "él era un cero a la izquierda" y que no tomaba ninguna decisión.

En este sentido, un psiquiatra del Hospital del Mar que le trató dijo que pasó una depresión y que vivía una situación familiar que nadie hubiera aguantado, aunque dijo que no tenía ninguna patología grave.

Según las vecinas, casi siempre acompañaba a su madre al médico y le iba a comprar los medicamentos que necesitaba. Una de ellas declaró que veía como cada día iba a una tienda de alimentos del barrio a comprarles comida.

Una asistente social del Distrito de Ciutat Vella declaró que tenían conocimiento desde 2001 de la situación de la familia, aunque no conseguían que los dejaran actuar, y explicó que si una familia no quiere ayuda, los servicios sociales no pueden "hacer nada" y que en su momento hicieron un informe a Fiscalía, del que no tuvieron respuesta.

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