SANT FELIU DE LLOBREGAT (BARCELONA), 21 (EUROPA PRESS)
La banda de ladrones especializada en asaltar domicilios y que actuaba en toda Europa, desarticulada el 15 de octubre por los Mossos d'Esquadra, presuntamente realizó 15 robos en los últimos dos meses, llevándose un botín de 50.000 euros.
El grupo, formado por nueve personas, tenía una gran movilidad y especialización, hecho que dificultó su detención.
El jefe del área de investigación de la Región Metropolitana Sur de los Mossos d'Esquadra, Xavier Sellart, explicó hoy que los detenidos "buscaban pisos habitados cuyos moradores no estuvieran por la mañana en casa. Llamaban al timbre y, si no contestaba nadie, forzaban la puerta".
Los ladrones, de entre 23 y 50 años, habrían cometido robos en las comarcas catalanas del Penedès, Camp de Tarragona, Baix Llobregat y Vallès Occidental, pero también en Suiza y Francia.
Tan sólo uno de ellos tenía antecedentes penales en España y actualmente estaba en libertad condicional. El resto procedían de otros países europeos donde habían delinquido anteriormente.
La investigación, dirigida por el Juzgado de Instrucción número 2 de Vilafranca del Penedès, se inició en julio después de que los Mossos reuniesen indicios que evidenciaban que tras dos robos en Sant Martí de Sarroca podía haber un grupo organizado de ladrones de origen sudamericano.
"Hemos acreditado 15 robos, aunque probablemente han sido muchos más", manifestó el subinspector Sellart, que explicó que el grupo estaba formado por personas "con mucha pericia y oficio, utilizaban medidas de contravigilancia y actuaban de forma cautelosa y rápida, lo que ha dificultado su captura".
La policía detuvo el miércoles a parte del grupo 'in fraganti', poco después de salir de una casa de Sant Esteve Sesrovires cargados con bolsas de plástico en un coche; mientras que el resto del grupo fue capturado al día siguiente en Vilafranca del Penedès.
Los agentes realizaron tres registros en dos domicilios y en un locutorio de Vilafranca, en el que encontraron "numerosos objetos como teléfonos móviles, televisores, joyas, ordenadores, escondidos en un falso techo", según Sellart, así como herramientas e instrumentos utilizados para forzar puertas.
Los arrestados, ocho de nacionalidad chilena y uno de nacionalidad marroquí, tenían antecedentes en su país de origen por hechos similares y seis de ellos ingresaron en prisión por orden judicial.