Barcelona abre su primer refugio antiaéreo visitable en la plaza del Diamant

Actualizado: viernes, 10 noviembre 2006 15:39

BARCELONA, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -

Barcelona ha reabierto en la plaza del Diamant del barrio de Gràcia el primer refugio antiaéreo que será visitable. Este refugio es uno de los 1.400 que fueron construidos mayoritariamente por población civil para hacer frente a los bombardeos que se produjeron durante la Guerra Civil, especialmente por parte de las aviaciones italiana y alemana.

El refugio antiaéreo, de unos 12 metros de profundidad y más de 250 metros de largo, está situado debajo de la plaza del Diamant y es uno de los mejor conservados de los 88 que existieron en Gràcia durante la Guerra Civil. Los encargados de excavar las tierras y construirlo fueron los propios vecinos del barrio.

Hasta diciembre, el distrito de Gràcia, en colaboración con la Concejalía de Mujer y Derechos Civiles del Ayuntamiento, iniciará un proyecto de apertura, que será una experiencia piloto. Serán visitas guiadas dirigidas a los centros escolares de Gràcia y al público adulto.

La intención es que a finales del próximo mes de enero empiece la fase regular de visitas del refugio, que tendrán que ser concertadas previamente y que estará abierta a los colegios, para que los alumnos puedan conocer los aspectos históricos de aquella época, con la ayuda de material didáctico y de una actividad previa.

El refugio, con capacidad para unas 200 personas, también se abrirá al público general, en las que se intentará "hacer el recorrido atractivo y dinámico, para que pueda ser interesante para toda la familia, también para los más pequeños", aseguró hoy el concejal del distrito de Gràcia, Ricard Martínez (ERC).

Las obras para recuperar este refugio han costado 259.000 euros y se han instalado dos accesos especiales protegidos de vidrio y con acero para garantizar que el sótano conserve la temperatura actual. Se ha recuperado uno de los dos accesos, instalación eléctrica y se han instalado barandillas para poder acceder mejor al interior.

INTACTOS LOS BANCOS DE PIEDRA Y LAS MARCAS DE LAS VELAS.

En el refugio todavía pueden verse, casi intactos, los bancos de piedra que se construyeron, la zona de la enfermería --un pequeño habitáculo con la posibilidad de estirar a los heridos-- y las marcas de humo de las velas que utilizaban los ocupantes para poder iluminarse.

Tras la Guerra Civil, el refugio cayó en el olvido y fue redescubierto en 1992, a raíz de la construcción de una estación eléctrica. En 1999, se creó una plataforma popular, capitaneada por la historiadora Pilar Frutos, que inició la reivindicación para recuperar este refugio y abrirlo al barrio.

EL CONCEJAL DEFIENDE LA RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA HISTÓRICA.

Martínez aseguró que en el anterior mandato, gobernado por el PSC, desde el distrito "no se tuvo interés en la reapertura", puede que "por falta de valentía, pasotismo o pensando que así contribuían a la paz social", pero "ésta se construye precisamente a partir de la verdad y de la recuperación de la memoria histórica".

Por su parte, la concejal de Mujer y Derechos Civiles, Pilar Vallugera, consideró que la apertura del refugio "ayuda a hacer tangible lo que pasó durante la Guerra Civil" y "permite saber lo que pasó en la piel de aquellas personas". "Se trata de una salida para recordar y hacerlo visible e impedir que todo aquello vuelva a pasar", apuntó.

Uno de los constructores de estos túneles, hechos con la estructura de bóveda catalana y con paredes de ladrillo, fue el padre de Bonifaci Giralt, un vecino de Gràcia que tenía 11 años cuando en 1936 empezó la Guerra Civil española. Tardaron más de un año en hacerlo y la intención era poder conectarlo con otros refugios.

Giralt, que tiene ahora 81 años de edad y que desde hace 75 años vive en la misma plaza del Diamant, aseguró hoy que su padre "fue uno de los miembros de la brigada de vecinos que, al salir del trabajo, se reunía para trabajar en la excavación de los túneles". "Se reunían en la parte de arriba del cine Verdi para diseñar las obras", señaló.

Pese a su corta edad, la Guerra Civil no fue un juego para él y pronto supo lo que era el miedo. "Recuerdo un día que con mi madre, que entonces estaba embarazada, veníamos del Guinardó y cuando llegamos a la calle Encarnació empezaron a caer obuses. Conseguimos llegar como pudimos, por debajo de los balcones".

"ALGUNOS LLORABAN MIENTRAS CAÍAN LAS BOMBAS".

Especialmente durante los primeros años de la guerra, después la mayoría de vecinos cuando sonaban las sirenas que advertían de los bombardeos optaban por quedarse en casa, Giralt recuerda cómo intentaban pasar las horas debajo del refugio. "Nos pasábamos varias horas. Algunos hablaban y otros lloraban, pero yo me sentía más seguro dentro que fuera".

Giralt, junto a otros vecinos del barrio, será uno de los primeros que hoy entrará en el refugio para rememorar aquellos hechos. "Hace poco ya entré y me vinieron recuerdos de aquellos tiempos de juventud y recordé los vecinos que ya no están entre nosotros", apuntó.

Después de la Guerra, "todos estos refugios quedaron muertos y las tropas franquistas lo neutralizaron todo y no se hablaba de esto" y "ahora tampoco". "Fue una guerra en la que se hizo mucho daño por ambos lados y que fue criminal", señaló Giralt, quien ve con buenos ojos que se vuelva a abrir el refugio.