BARCELONA, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de comerciantes de La Rambla de Barcelona ha empezado la campaña 'Salvem Les Rambles' para recabar apoyos con el fin de que se cierren las antiguas pajarerías, la mayoría de las cuales se han reconvertido a la venta de comida y souvenirs.
En declaraciones a Europa Press, el heladero Gildo Tremonti, que regenta el bar Patagonia, ha asegurado que tras empezarse la reconversión en junio pasado ha perdido el 80% de la facturación, y ha tenido que despedir a cuatro empleados.
Tremonti trabaja en La Rambla desde hace seis años y ve como le han salido unos puestos en el centro del paseo que dificultan que los consumidores de helados se muevan hasta el lateral para comprarlos, ya que ahora pueden hacerlo en las antiguas pajarerías.
La competencia y las dimensiones de los puestos han motivado La iniciativa de 'Salvem Les Rambles', que ha surgido de la heladería Amorino, abierta en abril en un lateral entre la plaza de Catalunya y los antiguos puestos de pájaros.
Su gestor, Fermín Borrás, considera que el Ayuntamiento ha sido más estricto con ellos que con los pajareros, cuyos nuevos puestos ve más propios del "turismo 'low cost' y de baja calidad", y ha advertido de que podrían quedar como "el cutrelegado" del alcalde, Jordi Hereu.
La Associació d'Amics, Veïns i Comerciants de La Rambla comparte el rechazo por los puestos reconvertidos, aunque apuesta por una solución "no tan radical" y que sea adoptada por consenso, ha asegurado el gerente de la entidad, Xavier Massip.
30.000 FIRMAS PARA EVITAR EL CIERRE
Los antiguos pajareros resaltan que pactaron la reconversión con el Ayuntamiento, y la presidenta de este colectivo, Mònica Trias, ha advertido en declaraciones a Europa Press de que "La Rambla es mucho más que una batalla comercial; es un sentimiento".
Los antiguos pajareros han recogido en lo que va de año más de 30.000 firmas contra el cierre, igualando las que recabaron en 2007 con una acción similar, y critican que el Ayuntamiento no ha vuelto a reunirse con ellos desde que anunció en diciembre que debían cerrar.