Un ensayo de Marc Argemí aborda la "responsabilidad personal" al evitar la desinformación en las redes

Los periodistas Marc Argemí y Miquel Pellicer
Los periodistas Marc Argemí y Miquel Pellicer - CEDIDA
Publicado: jueves, 27 junio 2019 22:55

BARCELONA, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -

El periodista y consultor Marc Argemí ha presentado este jueves su nuevo libro, 'Los siete hábitos de la gente desinformada' (editorial Conecta), un ensayo en el que reivindica la "responsabilidad personal" de todos para no propagar la desinformación en las redes.

El director de Sibilare, consultora especializada en comunicación y datos, ha presentado el libro junto al periodista Miquel Pellicer, que ha destacado que el libro proporciona a todos los públicos "herramientas para gestionar el reto de la desinformación".

Además, Miquel Pellicer ha hecho hincapié en cómo influyen las emociones y también la racionalidad en la manera de informarse que tiene la gente.

El autor, Marc Argemí, ha pedido responsabilidad al difundir información y también ha defendido "medir honestamente el propio nivel de incompetencia en lo que respecta al propio nivel de conocimientos".

Ha concretado que se trata de reconocer las propias aptitudes: "Sobre qué temas podemos tener criterio para hablar y sobre qué cuestiones somos más vulnerables a estar desinformados".

Además, ha reivindicado que todos los usuarios sean conscientes de "la necesidad de comprender la credibilidad de cada formato de información" a la que acceden.

El ensayo aborda la desinformación en Internet y las redes sociales como consecuencia de "la ausencia de datos o de su jerarquización, o la inseguridad con respecto a los mismos".

QUÉ ES ESTAR BIEN INFORMADO

"Nunca hasta ahora habíamos tenido acceso a tanta información. Pero que estas tecnologías permitan que estemos mejor informados no implica que seamos capaces de tomar mejores decisiones", subraya Argemí, y advierte sobre los peligros de la saturación informativa.

Así, "estar bien informado significa contar con datos correctos y suficientes para tomar una decisión de entre todas las decisiones correctas posibles", identificando los propios prejuicios y previniéndose contra los de otros.

Si los bulos funcionan bien en las redes --explica-- es porque "conectan con la predisposición del público a compartir lo sensacional, lo rompedor, lo nuevo y lo exclusivo".

Como resultado, la desinformación ya no es solo obra "de los maléficos propagandistas", sino de recomendadores o 'influencers' que dirigen la atención del público sobre asuntos de cuestionable relevancia.