Una exposición en Girona refleja el intercambio cultural que vivió Tossa de Mar en el periodo de entreguerras

Europa Press Catalunya
Actualizado: viernes, 20 julio 2007 19:35

GIRONA 20 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Centre Cultural de Caixa de Girona-Fontana d'Or reúne en la exposición 'Berlín>Londres>París>Tossa... La tranquilidad perdida' el intercambio cultural que vivió la localidad costera gerundense de Tossa de Mar en el periodo de entreguerras.

Las comisarias de la exposición, las historiadoras de arte Glòria Bosch y Susana Portell, explicaron hoy que Tossa de Mar fue entre 1930 y 1935 "un referente internacional que acogió artistas de muchos campos que querían desarrollar proyectos de alcance internacional".

Albert Gleizes, Otho Lloyd, Olga Sacharoff, Dora Maar, Pere Créixams, Rafael Benet o Paul Ludwig, entre muchos otros, acudieron a Tossa escapando de la primera guerra Mundial. Según las comisarias, fue de esta forma cómo nació el turismo en Tossa.

Paseando por la exposición encontramos más de ochenta pinturas, esculturas, grabados y diferente documentación de la época, como libros, cartas, revistas y fotografías que reflejan, según Glòria Bosch, "el ambiente de intercambio cultural que se produjo en este pequeño pueblo de la Costa Brava, como consecuencia de las experiencias vividas por estos personajes, tanto en Catalunya como en el resto de España, y que determinaron la actitud de sus protagonistas".

La muestra no es una exposición de paisajes, sino que se basa en "un lío de historias y de temas vividos, con cartas, escritos, obras, así como una multiplicidad de voces y fuentes".

Las comisariaros destacaron el juego que se establece entre la visión interior y exterior, las miradas locales de la crítica y las que se hacen des de fuera. El movimiento de Tossa se refleja en las páginas de Rafael Benet, en 'La Veu de Catalunya (1933-1936)', o en la revista 'Art' (1934); en artículos de Josep Palau de de Mirador, donde narra escenas de la vida en verano; en los reportajes de Carles Sentís en 'L'instant' (1935). También se refleja en la aportación ex de Georges Charensol a la revista 'Beaux Arts' o en los reportajes en 'The Times'.

La muestra está compuesta de 5 espacios. En el primero se representan las calles, la playa y el café d'en Biel , la sucursal de La Coupole o la Rotonda de Montparnasse, en París, que en el año 1935, se transforman, como decía Rafael Benet, en una "torre de Babel doblada de carnaval". Aquí se representa el exterior, la manera como el escenario natural puede influir en los artistas, los espacios en donde estos artistas se reunían en tertulias y donde intercambiaban ideas.

El segundo espacio está dedicado a "escenas y personajes". Retratos que conectan el mundo de los artistas con la gente del país, escenas populares como mercados, la llegada del pescado, las señoras que lavan en la Riera de Tossa, sardanas y costumbres que eran motivo de integración y diálogo entre artistas.

Los 'Proyectos creativos' que nacen o simplemente pasan por Tossa, también tienen un espacio en esta exposición. Se pone especial atención en lo que significó la creación del primero Museo de Arte Contemporáneo del estado español, en septiembre de 1935, con la intervención de la Generalitat de Catalunya y los artistas Rafael Benet, Pere Créixams, Enric Casanovas, George Kars o el arqueólogo Albert del Castillo.

Es también el espacio de proyectos individuales. Las dos conservadoras de la muestra destacaron especialmente, los libros que escribe la inglesa Nancy Johnstone, 'Hotel in Spain' y 'Hotel in Flight', desde su habitación de su hotel en Tossa.

Los dos últimos espacios de la exposición reflejan la "tranquilidad perdida", con la llegada de la Guerra Civil, de los artistas dejan Tossa. Encontramos al pintor Oskar Zügel con su obra 'Justícia Triunfante', al que se culpó de nazi por la cruz gamada que representa en su cuadro, los dibujos satíricos y las maquetas para las Brigadas Internacionales de André Masson o la única acuarela que se conserva de la estada a Tossa de Fred Uhlman cuando comenzó la guerra.

Cierra la exposición la recreación de una gran biblioteca, la que tenía la baronesa Bucóvitx y que fue el núcleo cultural de la época. La muestra se podrá visitar hasta el 16 de setiembre en el museo de Girona.

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