BARCELONA, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno, Miguel Ángel Moratinos, mostró hoy su satisfacción por que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, haya invitado a España a la próxima cumbre del G20, que se celebrará en Pittsburg (EEUU), y aseguró que con ésta se consolida "definitivamente" la presencia de España en el grupo.
Moratinos hizo estas declaraciones en Barcelona, antes de dar una conferencia con motivo de la presentación del Anuario Internacional 2009 del Centro de Investigaciones de Relaciones Internacionales y Desarrollo (Cidob), que este año se dedica precisamente a Estados Unidos.
El ministro afirmó que con ésta será la tercera vez que España participa en una cumbre de estas características, con lo que se consolida su participación "en un momento de importante reflexión sobre la reforma de los sistemas económicos y financieros internacionales".
Añadió que España aportará ideas, propuestas y se sumará al esfuerzo colectivo "para salir de la crisis y encauzar la nueva gobernanza mundial", durante la cumbre que se celebrará a finales de septiembre.
Moratinos detalló que el Gobierno conoció anoche la noticia de la invitación, cuando el consejero estadounidense de seguridad nacional se puso en contacto con el secretario general de Presidencia del Gobierno, Bernardino León, y el propio Moratinos habló con la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton. "Es un día positivo y satisfactorio para todos los españoles", declaró.
En su comparecencia posterior durante la presentación del anuario, Moratinos defendió que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, no acude a la cumbre para "hacerse la foto" sino con la voluntad de asumir responsabilidades. Añadió que la invitación es una prueba más de la "nueva sintonía" entre Estados Unidos y España, que esperó que avance más durante la presidencia española de la UE.
NUEVO CLIMA
El ministro analizó en su conferencia la nueva etapa política abierta con la llegada de Obama a la presidencia de Estados Unidos, en la que destacó un nuevo clima, "amistad, proximidad, nuevo enfoque y talante". Señaló que comparten un mismo enfoque político de cómo abordar las cuestiones internacionales, utilizando el diálogo y buscando consensos.
En este sentido, apuntó que existe un "sentimiento de etapa perdida" durante la presidencia de la anterior administración de George Bush y señaló la necesidad de continuar reforzando las relaciones entre ambos países.
Se refirió a la importancia de que Obama no ha olvidado la política exterior y se ha centrado exclusivamente en los problemas internos, ya que aseveró que para superar la actual crisis económica es necesaria la "gobernanza internacional". Comparó la "hard policy" de Bush con la "soft policy" del nuevo presidente.
Por otro lado, confió en que Estados Unidos lidere, con el acompañamiento de Europa, la consecución de la paz en Oriente Próximo, que confió que pueda alcanzarse en 2010. Calificó de "prueba de fuego" para la administración Obama resolver el conflicto en Afganistán.
