BARCELONA 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha condenado al Instituto Catalán de la Salud (ICS), organismo dependiente de la Generalitat, a indemnizar con 13.425 euros al bajista del grupo de rock català Ja t'ho diré, disuelto en 2003, porque tuvieron que amputarle la yema de un pulgar al no tratarle bien una infección.
Con su sentencia, el TSJC estima parcialmente el recurso contencioso-administrativo presentado por Jesús Moll, que reclamaba 62.000 euros por las secuelas que le dejó la infección. Además de la amputación de la yema del pulgar izquierdo, el bajista, que tardó más de cinco meses en recuperarse, sufre rigidez en la articulación interfalángica y un adormecimiento del dedo.
Los hechos se remontan al 2 de mayo de 2002, cuando el músico sufrió un accidente laboral al cortarse la cara interior del pulgar izquierdo con una máquina de cortar carne. Jesús Moll se dirigió entonces al Hospital Josep Trueta de Girona, donde le dieron cuatro puntos y le remitieron al médico de cabecera para que le controlase la herida.
Al cabo de siete días, el bajista se dirigió al ambulatorio, donde, al retirarle la venda, vieron que sufría una fuerte infección. El doctor le recetó antibióticos y le hizo curas tópicas en su consulta los días 10, 13 y 14 de mayo, derivándole este último día de urgencia al cirujano.
El 16 de mayo, dos semanas después de sufrir el accidente, Jesús Moll fue ingresado en el Hospital Josep Trueta, donde se le trató con antibióticos y se le hicieron curas tópicas. Además, debido a la necrosis que presentaba tuvieron que amputarle la yema del dedo, con el consiguiente perjuicio para su profesión.
RESULTADO "DESPROPORCIONADO".
El ICS y la Conselleria de Salud se opusieron a indemnizar al músico, alegando que tiene antecedentes de VIH --no ha desarrollado la enfermedad-- y que sufre Hepatitis C, sin seguir ningún tipo de control evolutivo. La administración entiende que, por ello, estaba bajo de defensas y que era sensible a cualquier infección.
El TSJC, sin embargo, considera que en este caso, tratándose de un paciente con una inmunodeficiencia, la infección y sus secuelas podían haberse evitado con un tratamiento antibiótico de amplia cobertura.
El alto tribunal catalán tiene en cuenta que los antibióticos "no suponen una ausencia total del riesgo de infección", pero señala que los gérmenes de la herida eran "frecuentes" y que hubiesen sido "sensibles a un tratamiento antibiótico de amplio espectro, como es práctica habitual en las heridas sépticas".
La sentencia recuerda que la herida sufrida por Jesús Moll era "leve" y que "no debía presentar más complicaciones que la sutura y posterior retirada de puntos". Sin embargo, en este caso, fue necesario amputar la yema del dedo, un resultado que el TSJC considera "desproporcionado".
El alto tribunal catalán, por otra parte, considera que el bajista no padece una invalidez permanente total para su profesión de músico, tal y como él alegó, ya que las secuelas, "como mucho, afectarían a su profesión de bajista, no a la de compositor".
De hecho, según la sentencia, en una entrevista sobre un concierto que el grupo Ja t'ho diré ofreció en septiembre de 2003, el demandante afirmó que la actuación "fue de las buenas, como si no hubieran pasado los años", y que el grupo demostró que todavía estaba "en forma".
En este sentido, el TSJC añade que no consta que Jesús Moll siguiese en solitario su carrera musical tras la disolución del grupo en diciembre de 2003, ya que en una entrevista dijo que, en esta nueva etapa, había decidido "vivir la música como un placer privado".