BARCELONA, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Govern se ha esforzado este martes en transmitir públicamente un mensaje de unidad interna tras la primera brecha que se ha abierto entre CDC y UDC, originada por los cambios que se plantean en el impuesto de Sucesiones.
En la rueda de prensa posterior al Consell Executiu, el portavoz del Govern, Francesc Homs, ha evitado dar detalles sobre cómo quedará el tributo tras la reforma, esforzándose en tratar de evidenciar la plena unidad interna entre los dos socios que forman la federación de CiU.
Lo que sí ha dicho Homs es que en cualquier caso el Govern anunciará la "supresión" de esta tasa, y que tendrá efectos retroactivos con fecha al 1 de enero de 2011.
Homs ha recalcado que, en cualquier caso, los cambios sobre esta figura impositiva se anunciarán "en dos o tres semanas", es decir, en abril y antes de las elecciones municipales del 22 de mayo.
Con estas palabras, Homs ha recalcado que se cumple totalmente con el calendario que había anunciado días atrás el líder de UDC, Josep Antoni Duran, quien avanzó que el Govern aprobaría la supresión de este tributo antes de las municipales.
Homs ha indicado que, cuando la reforma se haya aprobado, será el propio presidente Mas quien comparezca en rueda de prensa para dar todos los detalles.
Ha insistido en el mensaje que este lunes lanzó Mas: el resultado de la reforma será "igual o mejor" que en Madrid o la Comunidad Valenciana, los territorios de régimen común donde la recaudación por este impuesto es más baja.
El secretario general de UDC y conseller de Agricultura, Josep Maria Pelegrí, expresó este lunes la inquietud entre los democristianos porque Sucesiones no se suprimiría totalmente, y lamentó que la formación se enterase de este anuncio por la prensa.
En una entrevista de Europa Press, el secretario del Govern, Germà Gordó, aseguró este domingo que el Govern no suprimiría totalmente Sucesiones, sino que se mantendría en las transmisiones a partir del tercer grado.
Gordó indicó que, con esta reforma, el Govern seguiría recaudando 120 millones en concepto de esta figura impositiva, frente a los 250 de la actualidad, y dejó claro que los 130 millones que dejará de ingresar la Generalitat son totalmente asumibles mediante una mejor gestión de los recursos públicos.
