La inhalación de toxinas procedentes de China puede provocar la enfermedad de Kawasaki

Actualizado: lunes, 19 mayo 2014 15:08

BARCELONA, 19 May. (EUROPA PRESS) -

La inhalación de toxinas, procedentes del noreste de China y transportadas por fuertes vientos, puede provocar la enfermedad de Kawasaki, la primera causa mundial de enfermedad cardiaca infantil adquirida, que produce una inflamación en las arterias coronarias en niños de corta edad, especialmente menores de seis años.

Así lo asegura un estudio publicado este lunes en la edición 'on line' de la revista científica 'Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), que ha sido liderado por investigadores del Institut Català de Cliències del Clima (IC3), y en el que han participado las universidades de California, Columbia (Estados Unidos), Tokio y Tsukuba (Japón), han informado el IC3 y la Associació Catalana de Comunicació Científica en un comunicado conjunto.

El estudio parte de una investigación de 2011 que relacionaba los brotes epidémicos en Japón --el país que registra más casos, con una media de 15.000 nuevas infecciones al año-- con el transporte por intensos vientos en invierno procedentes del continente asiático; a partir de ello, han utilizado un modelo matemático para simular la dispersión de partículas en la atmósfera y descubrir su origen: la región china conocida como 'granero de China' pro sus vastas extensiones de cereales.

Los investigadores, junto a una empresa catalana, desarrollaron un prototipo para captar elevados volúmenes de aire, que se utilizó en vuelos que sobrevolaron Japón a dos y tres kilómetros durante el invierno de 2011, cuando más incidencia tenía la enfermedad y en días donde la orientación del aire era la que marcaban las simulaciones.

El análisis genético posterior identificó diferentes especias de Candida --un hongo dominante en altura--, lo que demostró el potencial que existe para el transporte de agentes patógenos humanos por los aerosoles a través de la circulación atmosférica, lo que se ha demostrado por primera vez.

Este resultado sugiere un cambio de paradigma, ya que asocia toxinas --como las de este hongo, causa más habitual de infecciones fúngicas-- con partículas que están en el ambiente, que pueden ser transportadas por el viento y afectar a niños con un componente de predisposición genética y un sistema inmunitario en formación.

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