BARCELONA, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una generación de jóvenes arquitectos de Barcelona será la encargada de transformar seis antiguas fábricas de la ciudad en espacios para la creación artística. La mayoría de los proyectos se limitan a la adecuación de espacios, y empezarán a tomar forma en los próximos meses. Se prevé que estén todos terminados para el año 2012.
Serán un total de 30.000 metros cuadrados repartidos entre la antigua fábrica Fabra i Coats de Sant Andreu, la Central del Circ del Fòrum, el Hangar y La Escocesa, en el barrio del Poblenou; la Illa Philips en la Zona Franca, y la antigua fábrica de la moneda La Seca, en Ciutat Vella.
La Seca, en el casco antiguo, es el edificio más antiguo de los seis --data del siglo XVI--, y tras la restauración que llevará a cabo la arquitecta Meritxell Inaraja, acogerá el nuevo Espai Brossa, dedicado a las artes escénicas.
El Poblenou, y su marcado carácter industrial, acogerá dos grandes transformaciones que se dedicarán a las artes visuales, la del Hangar, en el recinto de Can Ricart, y el de la fábrica La Escocesa.
La ampliación del Hangar, a cargo de las arquitectas Yaiza Alonso y Arantxa Manrique, respetará al máximo las estructuras actuales, que datan de 1853, para "mantener la belleza de un edificio en proceso", y la nueva Escocesa reforzará el eje de la calle Bolívia, que une equipamientos culturales como L'Auditori y el Campus Audiovisual.
Para ello, los arquitectos Amadeu Santacana y Umberto Viotto realizarán una serie de "perforaciones" para abrir la fachada y permitir el acceso visual.
Fuera del centro urbano, en el nuevo barrio de la Marina de la Zona Franca, la 'Illa Philips' se dedicará a la danza. Maite Hernando y Sara Galmán adaptarán la fábrica de los años 50 aprovechando la iluminación cenital que proviene de la gran claraboya del techo.
El circo se mudará al Forum, concretamente a 'La Gruta', un gran espacio equivalente a una manzana del Eixample situado bajo la gran placa fotovoltaica. El proyecto de Xavier Rusacalleda y Marta Lorenzo prevé dotarlo de luz y aprovechar las zonas más profundas e intimistas para la creación, y dejar los grandes espacios para los ensayos y la puesta en escena.
El proyecto de mayor envergadura --17.500 metros cuadrados y 10 millones de euros--, corresponde a la transformación del antiguo recinto Fabra i Coats de Sant Andreu, que acogerá todo tipo de actividades culturales, además de la 'Ciutat de la Música' y un centro de interpretación del legado industrial.
Según los arquitectos Manuel Ruisanchez y Francesc Bacardit, esta "mezquita industrial" de principios de siglo se restaurará con "humildad", un trabajo de mínimos que tiene como elemento más innovador el uso de lonas de publicidad recicladas para usarlas como cortinas y separar los espacios de creación.
"El nuevo motor de Barcelona es la cultura y la creatividad", aseguró hoy el alcalde, Jordi Hereu, en la presentación del proyecto, al mismo tiempo que comparó la centralidad de Barcelona en la Revolución Industrial con la actualidad: "Esta ciudad quiere afirmar una nueva capitalidad, Barcelona quiere ser una de las grandes capitales culturales de Europa", dijo.
