De Juana.- Más de 2.500 personas se concentran en Barcelona al grito de "Zapatero dimisión"

Actualizado: viernes, 9 marzo 2007 21:51

En Girona, los manifestantes del PP se encaran a una concentración paralela de independentistas

BARCELONA, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -

Más de 2.500 personas se concentraron hoy en la plaza Sant Jaume de Barcelona, secundando la convocatoria del PP contra la prisión atenuada al preso etarra Iñaki De Juana Chaos, en una manifestación a la que acudió el líder popular catalán, Josep Piqué, y que estuvo presidida por los gritos de "Zapatero dimisión".

Multitud de banderas españolas, ninguna de ellas anticonstitucional, y banderolas del PP, además de alguna catalana, cubrieron el espacio de la plaza que separa las dos fachadas del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya.

A falta de una pancarta unitaria, se podían ver multitud de pequeñas cartulinas con lemas como 'No más cesiones a ETA', 'Catalunya y España por la libertad', 'Barcelona por la libertad' y nombres de algunas de las víctima de De Juana.

Los lazos azules contra el terrorismo estuvieron también muy presentes en la concentración, en la que los gritos más coreados fueron los de 'Zapatero dimisión', 'Libertad', 'Viva la Cope' y, en menor grado, 'Zapatero, coge la maleta y vete con la ETA'.

MANIFIESTO UNITARIO.

La concentración dio comienzo a las 19 horas, cuando la presidenta del PP en la provincia de Barcelona, Dolors Montserrat, pidió un minuto de silencio, que fue cumplido a excepción de algún grito aislado a la voz de "Zapatero dimisión" y "Asesinos".

El presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, leyó el manifiesto unitario de la convocatoria, que considera "la excarcelación de De Juana como una cesión sin precedentes" y exige que el etarra vuelva a prisión para cumplir íntegramente su pena.

El manifiesto, que fue leído alternando el castellano y el catalán, recuerda que Miguel Ángel Blanco "fue asesinado porque esta sociedad y un gobierno digno y responsable no se doblegó ante el horror de la amenaza de su muerte". También señala que Ortega Lara "tuvo que sufrir un penoso cautiverio porque no se cedió".

En cuanto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el manifiesto dice que "ha preferido asumir que se convirtiera en héroe un terrorista que ha matado sin ningún arrepentimiento" y "ha dejado una penosa y peligrosa lección" de que "los terroristas ganan sus desafíos".

Mientras Fernández Díaz leía el manifiesto, no cesaron los gritos de "Libertad" y "Zapatero dimisión", y al finalizar la lectura, los manifestantes se encararon hacia la fachada de la Generalitat y, en un gesto espontáneo, levantaron los brazos para guardar un minuto de silencio con las manos alzadas, aunque no pintadas como es habitual.

En la tarima en la que se situaron los dirigentes del PP se podía ver, además de Piqué, Fernández Díaz y Montserrat, al portavoz del PP, Daniel Sirera, y los diputados Jordi Cornet, Jorge Moragas y Xavier García Albiol.

Pasadas las 20 horas, cuando los dirigentes políticos ya se habían ido, la mitad de los manifestantes seguían en la plaza gritando sus consignas. En ese instante coincidieron con unos 200 vecinos del barrio de la Barceloneta, que acudieron también a la plaza para reclamar mejoras en su barrio.

TARRAGONA Y LLEIDA.

En Tarragona, la convocatoria del PP logró reunir cerca de un millar de personas en la plaza del Ayuntamiento, donde concurrieron, además de los dirigentes del partido en la provincia, el presidente del Foro de Ermua Miguel Buesa. El concejal popular en el consistorio de Tarragona Alejandro Fernández fue el encargado de leer el manifiesto.

Portando una pancarta y banderas del PP, de España --ninguna de ellas anticonstitucional-- e incluso una bandera catalana, la manifestación en esta ciudad se desarrolló con total normalidad, a excepción de unos breves enfrentamientos verbales con jóvenes independentistas que, a su paso por la plaza, increparon a los manifestantes, sin más consecuencias.

En cambio, apenas un centenar de personas se reunieron en la convocatoria de Lleida, en la plaza de la Paeria de Lleida, donde coreaban también "Zapatero dimisión" y otros lemas como "España unida, jamás será vencida".

En esta ciudad, los manifestantes mantuvieron un pequeño enfrentamiento con una decena de jóvenes que se acercaron a la plaza con una pancarta que rezaba "Para una solución democrática en Euskadi" y que les gritaron "Libertad en Euskalherria" y "PP terrorista". La intervención de los Mossos d'Esquadra para separar a ambos grupos evitó que se produjeran incidentes.

Sin ninguna pancarta visible, los manifestantes portaban sólo banderolas del PP y banderas de España, algunas con el toro, pero ninguna preconstitucional. El candidato el PP a la alcaldía, Ismael Zapater, fue el encargado de leer el manifiesto.

MAYORÍA DE ANTIFASCISTAS EN GIRONA.

La concentración más atípica fue, no obstante, la de Girona, donde la convocatoria fue doble, porque a los manifestantes del PP se les añadió una movilización de antifascistas e independentistas catalanes, convocada por mensajes de móvil, que superó en número a la de los populares.

Frente a 62 manifestantes del PP, prácticamente todos ellos dirigentes políticos de la provincia y de Nuevas Generaciones, se situaron 70 miembros de movimientos antifascistas e independentistas, separados de los populares y también entre ellos por dos cordones policiales.

Un total de 32 policías --12 municipales y 20 mossos-- y una veintena de periodistas completaban la asistencia en la plaza del Vi de Girona, ante el Ayuntamiento de la capital.

La cúpula del PP de Girona, con la presidenta provincial, Concepció Veray, al frente, encabezaba la escasa concentración del PP, plagada de lazos azules en las solapa y banderas del partido, que no cesaron de ondear mientras Veray leyó el manifiesto y pidió cinco minutos de silencio.

En todo momento, los manifestantes del PP fueron increpados por los grupos antifascistas, al grito de "Vosotros, fascistas, sois los terroristas" y "Fuera el PP de Girona". Banderas independentistas y una pancarta presidía esta movilización paralela, con el lema "El españolismo es fascismo", situada a unos veinte metros de los manifestantes populares y separados de ellos por un cordón policial.

Al finalizar la protesta, se produjo un pequeño enfrentamiento entre ambos grupos, cuando los manifestantes populares cruzaron por en medio de los independentistas para salir de la plaza. La intervención de los Mossos fue determinante para resolver el conflicto.